SUPER Yolanda Domínguez

SUPER Yolanda Domínguez se puso las gafas moradas y tiene una misión. ¿Conseguirá cambiar los mensajes, los roles y los estereotipos que vemos en la moda, publicidad y televisión? ¿Nos concienciaremos como consumidores?

Yolanda Domínguez_febrero18_proyecto kahlo_feminismo
Ilustración: Javitxuela

Has participado recientemente en una exposición que se llama “Soy la que soy”, y a mí este título me sirve de excusa para preguntarte ¿quién es Yolanda Domínguez? 

¡Qué difícil pregunta! Una persona cambiante, que a veces está de buen humor y otras no tanto. A veces me gusta estar con mucha gente y otras estar sola. A veces soy Alicia en el País de las maravillas y otras la reina que va cortando cabezas. Una persona a la que le interesan los temas sociales, el arte y el feminismo. Una persona con ganas de aprender y de compartir aquello que le preocupa. Es complicado definirse… ¡estoy trabajando en ello!

Ya que hablamos este mes de belleza ¿Qué es para ti la belleza?

Para mi belleza es naturalidad y honestidad. Alguien que se acepta y se entrega o alguien que te acepta sin prejuicios. Dicen que la belleza está en los ojos de quien la mira, y quizás tiene que ver con eso, con la aceptación de lo que es diferente a ti sin ningún tipo de prejuicio. No sólo la aceptación física sino también la forma de ser. Eso nos cuesta mucho porque estamos muy influenciades por las imágenes proyectadas por los medios que nos dictan lo que es bello y lo que no, cómo hemos de comportarnos, qué es lo normal, y salirte de ahí está muy penalizado. Quizás la belleza tiene más que ver con la libertad de lo que pensamos.

Durante el proceso de fotografiar a todas las mujeres participantes en “Little Black Dress” (como a Elo una de nuestras compañeras de Proyecto Kahlo) ¿Qué se generaba entre tú y esas mujeres? 

Todas las sesiones eran bastante divertidas. En el fondo ponerse un traje que de entrada sabes que no te va a quedar bien seas como seas, es un desafío que implica reírte de ti misma y reírte del estereotipo. Es liberador. Como indicabas al principio es exclamar “¡Soy la que soy!”. Al final siempre terminábamos intercambiando nuestras experiencias al probarnos ropa y lo cierto es que todas eran muy parecidas. Da igual el cuerpo que tengas, todas sentimos los mismos miedos y la misma presión en esos momentos. Saber que no eres la única a la que le pasa te hace sentir acompañada y ese era uno de los objetivos de mi trabajo. Los estereotipos nos hacen sentir solas y fuera del grupo, pero esa perspectiva cambia cuando sabes que no estás sola, sino que formas parte de la maravillosa diversidad.

Panorámica de Little Black Dress

¿Qué le pasa por la cabeza a Yolanda Domínguez cuando se mete en Instagram?

¡Siempre pienso que no tiene ningún sentido ver mezclados todo tipo de comidas ricas con cuerpos esculturales! Jajaja Pero es cierto que las poses me llaman muchísimo la atención, dicen mucho de la cultura y del tiempo que vivimos. Al final Instagram es un caldo de cultivo para los estereotipos, proyectamos aquello que queremos llegar a ser y rara vez lo que realmente somos. Se ven, por ejemplo, cuáles son los iconos del momento. Para las mujeres podría ser Kim Kardassian (me tiene alucinada esa moda de pintarse las cejas como ella) y para los hombres algún jugador de fútbol, ¿Neymar? Somos un poco como monos, copiamos e imitamos para ser aceptados por les demás, para pertenecer al clan. Y esto es todo lo contrario al concepto de belleza que tenía que ver con la libertad.

Si el estereotipo es una imagen que no nos representa ¿qué podemos hacer para librarnos de él? 

Ser conscientes de su existencia creo que es lo más importante para desactivarlos. Imitar a alguien que te gusta puede ser divertido mientras no se convierta en una imposición. Si un día me apetece pintarme las cejas a lo Kim Kardassian perfecto, pero si otro día no me las quiero pintar, que sea capaz de disfrutar igual. Por otro lado, también tienen que adquirir consciencia de su dimensión social quienes crean el imaginario. Uno de las cosas que podrían cambiar es la de ofrecer mayor diversidad. Esto haría más felices a las personas, lo cual va en contra del marketing actual que se basa en todo lo contrario, en hacerte sentir mal para que compres unos productos que prometen hacerte sentir mejor. Quizás deberíamos empezar a apoyar sólo a marcas que hagan que nos sintamos bien tal y como somos y que sean respetuosas tanto con las personas como con el medio ambiente. Yo ya estoy empezando a hacerlo.

¡Menudo enemigo has ido a elegir! ¿Por qué atacas a los mass media? ¿Qué impacto crees que tiene tu trabajo en ellos? 

No ataco a los medios sino a determinado contenidos. Los mass media son una herramienta que tiene la capacidad de llegar a muchas personas y eso no tiene nada de malo, el problema está cuando sus contenidos nos limitan o nos imponen un único modelo de vida. En lugar de ampliar nuestra información y nuestras perspectivas nos manipulan y nos condicionan. Considero que la herramienta tiene muchas otras posibilidades que no se están activando. No creo que mi trabajo de forma individual tenga un gran impacto, pero sumado al de muchas otras personas que también están trabajando en la implicación social de los medios, sí está teniendo sus efectos. Ya hay marcas que empiezan a entender que el factor social es clave para las decisiones de consumo del mañana.

Supongo que puedes ser el “grano en el culo” de mucha gente ¿Te lo tomas con humor? 

Jajaja ¡Vaya! ¡Es lo más bonito que me han dicho hoy! No es que me guste especialmente ser un grano en el culo, pero si ese grano en el culo hace que te remuevas de tu cómoda silla para mirar a ver qué pasa… Entonces sí merece la pena serlo. Molestar por molestar no, pero si es por una buena causa la cosa cambia. Lo cierto es que me encantaría dejar de ser “grano” y pasar a ser “bálsamo” ayudando a las empresas a pulir sus mensajes, convertirme en asesora o consultora de género y trabajar creando mensajes positivos.

Y ya para terminar, ¿Cuándo te pusiste las gafas moradas? ¿Hubo una gota que colmó en vaso? ¿Un antes y un después?

Supongo que a todas nos surge por algún suceso personal y a partir de ahí vamos tirando del hilo para saber por qué ha ocurrido. En mi caso esa situación personal hizo que me interesara por entender qué es ser una mujer, y eso me condujo al feminismo y ya fue un no parar. El feminismo me ha hecho mejor persona, me he enseñado a tener relaciones más sanas y a valorar mucho más a mis compañeras. Hay personas que me preguntan si no me canso y me dicen que me estoy encasillando. Yo no lo siento así. Creo que desde mis inicios he evolucionado y profundizado muchísimo y aún me queda mucho por recorrer. El feminismo no es algo que se “agote”, es una forma de vida, y cuando la abrazas ya no hay marcha atrás.

Si queréis conocer más sobre ella, entrad a su página: Yolanda Domínguez. ¡Muchísimas gracias SUPER Yolanda! <3

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