Tradición y no tradición: todo en una misma

Cereza nos cuenta su experiencia con las tradiciones. Siguiéndolas o no, sigue siendo ella misma.

Tradición y no tradición: todo en una misma
Ilustración de Cereza

Para mí la tradición ha sido algo complejo y difícil de gestionar emocionalmente hasta que al final, como con todo en mi vida, comprendí que es por las grietas por donde entra la luz y que las vasijas rotas sirven para acoger las raíces que se expandirán de las plantas en crecimiento.

Desde que he sido niña he sentido que me encontraba frente a una larga línea roja. A ambos lados de la línea se iban agrupando cosas (y personas) y yo iba tomando de ambos lados, a saltitos, a veces con la sensación de estar robando y supongo que por ir improvisando, en ocasiones, renovando tradiciones, aceptándolas, haciéndolas mías y otras veces rompiéndolas totalmente.

Cuando decides romper una cadena de actos, de pensamientos o incluso de silencios es un gran acto. Hay que pensarlo bien, hacerse muy consciente. Se produce algo mágico. Has roto una rueda.

Y a veces somos esclavas de algunas ruedas.

Otras veces decidimos continuar con alguna forma de comportarnos, de pensar… Y también está bien; lo importante, según yo lo veo, es tomar conciencia. Después de eso, hagamos lo que hagamos, será perfecto.

Las tradiciones han sido algo frágil en mi familia. En los años 40 mi abuela plantó a su novio por no dejarla ir al baile del pueblo sola y después se fue a coser a una fábrica hasta que se casó. Ella estuvo toda su vida trabajando, no tuvo oportunidades y aun así eligió no continuar con ciertas tradiciones.

La decisión de hacer algo diferente no tiene que ver nada con tener la oportunidad de hacer algo diferente. La oportunidad se nos brinda, la decisión la brindamos nosotres.

¿Y por qué hemos de posicionarnos como tradicionales? Si no, ¿hemos de hacerlo como anti?¿Modernas? ¿Matrimonio? ¿Hijes? ¿Comprar o alquilar? ¿Has tenido claro un rumbo o vas dando tumbos haciendo cada vez algo diferente?

Son demasiadas preguntas que nos rondan la cabeza, pero des la respuesta que le des a cada una de ellas, no dejes que nadie te encasille y no lo hagas tú misma. A veces tomamos unas decisiones y a veces otras; y ello no es mejor ni peor, es nuestro propio camino. Es posible ser una misma y que dentro de nosotras se aúne tradición y no tradición, anarquía, democracia emocional o sufragios constantes donde te preguntes dónde estás.

Reflexionar sobre de qué forma te afectan las tradiciones de tu entorno, de tu familia sobre todo, cómo te hacen sentir y porqué TÚ tomas cada decisión te va a ayudar a entender qué tipo de vida tienes a tu alrededor, nada es casual.

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