Él era mi novio

Descubrir por las malas que ni cuidar tu ropa ni tus horarios de salida hará que no seas violada. Porque, a menudo, tu violador duerme contigo en la misma cama. Esta es la historia de una Frida.


Ilustración: Mitucami Mituca


Hola Fridas, me presento.

Soy una chica de 19 años, y es la segunda vez que cuento lo que viene a continuación. Me gustaría compartir mi historia, la de una chica cualquiera, que intentaba seguir las normas de la sociedad, aquellas que te salvarán de las cosas malas. Quiero crear conciencia sobre el abuso sexual y sobre el hecho de que este puede pasar en cualquier situación, aunque seas una »joven ejemplar’.

Él era mi novio. Él me quería, o eso me decía.

Cuando pasó, pensé que eso también era una muestra de amor. De deseo.

Acabábamos de hacerlo. Yo estaba tumbada en el suelo, relajándome. Me dolía la vagina, y me había estado aguantando todo el polvo por él, porque quería que terminara. Al fin y al cabo,  su placer va antes que el mío, ¿no?

Tenía la mente en otro sitio, pero algo me llevó de vuelta. Él se puso encima de mí, y me dijo «quiero hacerlo otra vez». Yo no quería, me había puesto el sujetador y tenía la camisa a medio abrochada. Insistí en que me dolía mucho, y le dije que creía que tenía heridas. Él dijo que sólo sería un poco, que encontraría la forma de que no me doliera. Pero me dolía, yo seguía repitiéndole que me dolía. Cuando empezó su acto se acabaron mis palabras. No sabía qué hacer. Estaba paralizada. Congelada. Toda mi vida había cuidado cómo me vestía, los sitios por los que iba, por miedo a ser violada. Al fin y al cabo, eso eran cosas que solo le pasaban a algunas que no se cuidaban lo suficiente. Y me estaba pasando, con mi propio novio. Aquel del que me enamoré meticulosamente y al que creía conocer.

Todo acabó. Su expresión facial cambió. Empezó a abrazarme, y a pedirme perdón, lo sentía mucho, lo que me había hecho estaba muy mal. Yo le decía «Tranquilo… no pasa nada».

Cuando llegué a clase al día siguiente, se lo conté a mi mejor amiga. Lo peor es que, mientras lo hacía, le justificaba. Igual debería haberme vestido del todo. Quizá si no me hubiera quedado tumbada. Quizá si hubiera dicho más veces no, si hubiera insistido, si hubiera gritado, si me hubiera puesto a llorar.  Y me reía con ironía mientras lo contaba, él es un hombre, en el fondo es una prueba de que me desea, no lo puede evitar. Ella me preguntó «Ah, pero bueno, ¿no te dolió mucho, no?» Yo le dije que no. Le quité importancia.

Yo tenía 16 años. Algunos pensarán que era demasiado joven. Y entonces la lista de quizás se reanuda, entonces si no me hubiera iniciado en el sexo tan joven, quizá podría haberme salvado. Quizá si no fuera tan adelantada, si hubiera esperado…

Han pasado tres años, en los que he tenido otras parejas, he entrado en la universidad, he descubierto el feminismo. Tres años en los que he aprendido a quererme a mí misma, en los que me siento una persona nueva y segura, feliz. Y lamentablemente, aún a día de hoy, me arrepiento con locura de haber dejado que me hicieran eso. No había vuelto a hablar del tema con nadie. Salvo el otro día, mientras me tomaba un café con ella de nuevo. En una ciudad nueva. Una época nueva. Tres años en los que jamás había llorado por ello, hasta esa tarde. Mientras lo rememoraba, ella aumentaba su expresión de rabia. Y me dijo: «Lo siento muchísimo. Lo siento porque soy la primera que lo normalizó, y recuerdo que en ese momento no le dí más importancia, y ahora lo único que siento son ganas de matarle, de matarle y de abrazarte a ti».

Si alguna chica que ha pasado por lo mismo me está leyendo, quiero que sepa que no es su culpa. Quiero que sepas que nada de lo que cambiaras de tu vestimenta, tu maquillaje, tu pelo, el sitio por el que caminabas… podría haberte salvado. Quiero que sepas que nadie tiene derecho a hacerte eso. Quiero que sepas que eso no es amor. Que mereces ser tomada en serio.  Que jamás volverán a hacerte eso. Que no tienes que justificarte. Que eres más que un objeto complaciente. Quiero que sepas que al final del día, tú eres la persona más importante. Y que no estás sola.

Y volverás a sonreír.

 

Anónima

10 Comentarios

  1. También yo viví algo parecido. Me dolía la vagina tener sexo con él, y él me decía que tenía que aguantar (y que ya iria al médico más tarde). Que tenía que aguantar por él y por mi, para que en otras ocasiones no me doliese tanto. Y, obviamente no daba resultados. En alguna occasión, le decía que no tenía ganas y no insistía, pero me lanzaba indirectas y al final acababa cediendo(o algunas veces aceptaba voluntariamente). En alguna ocasión, también yo forcé la situación para tener sexo haciendo creer que era consentido cuando no lo era. Al final , me di cuenta de la calidad de la relación… Eso no era amor. Al final yo le pedí perdón por esas veces en las que le forcé a tener sexo conmigo… Pero él me dijo que nno se arrepentía de nada, que todo lo que había hecho había sido con mi consentimiento. ¿de verdad? ¿De verdad es tan importante el sexo para destrozar y traumar a una persona? Yo creo que no hay derecho. Además porque sólo me sentía dolorida con la penetracion. Desde aquí le envío un saludo al más gilipollas del planeta, que todavía me sigue llamando y escribiendo a pesar de que le he dicho veinte mil veces aue no quiero saber nada… Me quiero más a mi misma que a ti. Eso siempre. Muchas gracias por este maravilloso artículo y tenía que compartir esto. Gracias mil. Cariños.

  2. Tuve una situacion bastante similar. Estuve de novia desde los 18 hasta los 21 años, el era 3 años mayor que yo. Durante la relacion hubieron situaciones que no detecte como abuso, las normalizaba. Me sentia en el compromiso de tener sexo con el porque era mi novio para no generar conflictos y mas de una vez fingi orgasmos solo para que acabara y ya… Pero hubo una vez que fue mucho peor, habiamos vuelto de una fiesta, el habia tomado demás. Llegamos a su casa y cuando nos acostamos me empezo a tocar, le dije que no queria tener sexo que estaba cansada y siguio, le dije nuevamente que no y siguio. Llore y el me tapo la boca, lo pellizcaba y trataba de sacarmelo de encima pero el tenia mas fuerza, me violo, me lastimo. Cuando el termino yo no podia entender lo que habia pasado y lloraba, habiamos sido pareja por 3 años volvi a la cama a dormir con el, no tenia como volver a mi casa. El me pidio disculpas muchas veces incluso llorando y excusandose con que estaba un poco pasado de alcohol y que «eso» (porque el nunca dijo la palabra violacion) no iba a volver a pasar jamas! Yo tuve que tomarme un tiempo para decidir terminar la relacion ya que al principio no entendia bien que habia pasado, si yo lo amaba y el tambien a mi! Con el tiempo me di cuenta de que eso no era amor, y de que esa noche me tendria que haber ido a mi casa y no mirarle la cara nunca mas. Hoy tengo 27. Solo 3 personas saben esto.

  3. Agradezco mucho tu coraje para reconocer y compartir tu experiencia, la cual no es ajena al resto de nosotras. Por otro lado, se le debe llamar a las situaciones por su nombre, «eso» se llama abuso sexual. Sé que romper el silencio no es nada fácil y conlleva todo un proceso, pero también romper el silencio es nombrar para visibilizar.

  4. A mi me pasó cuando tenía 17 años y recién a los 22 pude llamarlo violación y llorar por lo ocurrido… Sé que en su cabeza este abuso fue sexo consentido y jamás entenderá el daño que me hizo, pero tal como dice Felicitas, de las heridas nacen flores y personas con una fortaleza inigualable… Renací el día que dejé de negarlo, de sentir vergüenza y de culparme por ello.
    Un beso enorme y aunque no te conozca, te admiro enormemente por tu valentía.

  5. Argentina

    Querida frida, quiero decirte que tu relato me golpeó.
    Hoy tengo 22 años, y pasé por algo similar a mis 15 años…
    Era virgen, pero hasta hoy creo que eso no era lo relevante, lo verdaderamente importante
    fue que lo naturalice tanto tiempo que hoy solo confié en muy pocas personas, por hecho de que me da vergüenza, de sentirme responsable de esa situación, de pensar en cosas por cambiar en ese momento (si no hubiera tomado tanto, si hubiese ido con mis amigas en lugar de ir con el, si hubiese gritado, si hubiese reaccionado que lo que estaba pasando fue una violación).
    Hoy me duele el pecho cuando lo cuento, se me viene a la memoria y cuesta mucho volver a encerrar ese recuerdo que estaba encajonado. Hasta hace poco tiempo pensé que me había intentado esta historia, toma mucha fuerza y valor aceptarlo y contarlo. De alguna forma sanas,sanas por todos lados.
    Espero sigamos sanando, o aun mejor: que no nos sigan lastimando.

  6. Gracias, acabo de terminar con mi novio de dos años por un motivo distinto a este, pero él ha hecho esto que describes, o algo parecido, como cuando yo estaba dormida el me ‘hacia el amor’ y a veces me despertaba en medio del acto, y solo me quedaba seguirle la corriente, y poco a poco me di cuenta que había romantizado eso, que nunca he podido decirle que no, que si le decia que no se enojaba y de culpa le tenía que aceptar. Tu tenias 16, yo tengo 23, la edad no importa.

    Gracias por compartir esto, estoy en un momento en el que son las primeras horas que me siento ‘sola’ se verdad, acabamos de terminar y pensé que iba a entrar en una depresión fatal pero decidí entrar a este blog y leyendo todo lo que comparten, me siento acompañada.

    Gracias.

  7. Eliza Rain

    No es la edad. Tu juventud en ese momento no es razón (a algunas nos pasa siendo más grandes y con más experiencia). Tampoco el que no te hubieras negado lo suficiente: una vez debería haber bastado. No eras tú, era él quien decidió que era más importante su propio placer, por encima de tus deseos o incluso tu integridad física.

    No es tu culpa. Nunca es culpa de la víctima, sino del victimario.

  8. Cuantas veces aguantamos sin saber lo que en verdad está pasando… creo que todas las mujeres tenemos historias como estas, y que a veces, y como vos bien describís, ni siquiera las registramos como un abuso.
    Te mando un abrazo enorme y mucha fuerza, para vos, para mí y para todas las Fridas que pudimos darnos cuenta que no teníamos porque tolerar sólo «por que él es hombre».
    Cariños

  9. Estrafalaria

    … La misma sociedad nos hace normalizar el machismo , tan sádico, tan estúpido, te felicito por contarlo y muchas gracias animo que no nos volverá a pasar .

  10. Me siento tan identificada con esto: cuando leí el título un impulso me decía que también era mi historia. Tengo apenas 17 años y estuve de novia desde los 14 hasta hace unos cinco meses. El me obligaba a tener sexo, y eso me duele tanto: si yo no quería me insultaba, buscaba hacerme sentir culpable y me echaba de su casa. Que bueno que te animes a compartirlo. Yo lo tengo escrito en un cuadernito, lo sufrí tanto.. una, enamorada, perdona sin saber que eso no es amor. Gracias por animarte. De las heridas nacen flores y debemos ser fuertes para que jamás vuelva a suceder: Ni a nosotras ni a ninguna otra. Abrazo

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