¿Soy culta?

Una Frida nos deja una pequeña reflexión sobre la sobredosis cultural que encontramos en Internet y comparte con nosotras cómo se siente con todo ello.


Ilustración: Mitucami Mituca


Últimamente, no paro de preguntarme qué clase de persona habría sido si hubiera nacido en otro ambiente, si mi familia no hubiese prestado atención a mis estudios o si hubiese mantenido solamente las amistades de la infancia. No pienso en si mi profesión habría sido distinta, en cómo habría evolucionado mi aspecto físico, ni en si habría acabado siendo mejor o peor persona de lo que soy. Pienso en cómo se habría formado mi manera de pensar, en qué influencias culturales me habrían moldeado: ¿Escucharía otro tipo de música? ¿Odiaría los libros? ¿Me habría animado a dibujar?
Acto seguido me doy cuenta de que esta retrospectiva es inútil, porque es imposible compararte con una versión inexistente de ti misma. Por eso, creo que busco esa comparación en otros lugares, en otras personas. Antes era más sencillo, cuando la cultura procedía de tu círculo más cercano: tu hermano te prestaba una cinta o un CD, en las librerías había un número limitado de títulos entre los que elegir y lo mismo ocurría en el videoclub. Tu círculo de universo cultural podía ser más o menos amplio, pero siempre parecía tener límites; y la exploración más allá de esos límites era lenta, placentera, un paseo.
Y de pronto, todo se desmoronó. Llegó internet y nos dijo que nuestro universo era infinito. Y lo peor de todo: llegaron las redes sociales y nos dijeron que tendríamos que abarcar todo ese infinito.
Cada vez que inicio sesión en alguna red social, sufro estrés y me planteo esta pregunta: ¿soy una inculta? Las personas que solían proporcionarte información (tu hermano, el librero, el dueño del videoclub) se han convertido en cientos de contactos que comparten durante las 24 horas del día listas de reproducción, tráiler de películas, frases motivacionales de autores que no te suenan de nada, fotos de conciertos y obras de teatro a los que han asistido o incluso están asistiendo, memes sobre series con un número larguísimo de temporadas que sabes que jamás tendrás tiempo de ver…
¡Basta!
Debemos darnos cuenta de la vorágine de información hacia la que nos sentimos arrastradas cada vez que miramos una pantalla, y de la sobredosis de contenidos de todo tipo que experimentamos al pasar unos minutos conectadxs. Debemos ser conscientes, además, de que somos personas únicas, con un bagaje particular igual de valioso que el de los demás. Por último, hay que tener siempre en cuenta que las redes sociales se inventaron para presumir: nuevas gafas, nuevo restaurante, nueva pareja y, por qué no, nuevo libro, nueva peli, nueva canción.
Intento recordar todo esto para, cada vez que surge en mi cabeza la duda, sencillamente detenerla. La cultura es un concepto vago y aplicable a cualquier campo. No existen personas cultas e incultas, sólo intereses diferentes.
Ante la avalancha informativa de internet: autoestima, ganas de navegar y nervios de acero para no ahogarse.

Mérope Almaraz (25), Salamanca.
http://meropealmaraz.wordpress.com

 

3 Comentarios

  1. Creo que la persona verdaderamente culta no lo exterioriza. Vivimos en la sociedad de la información, de los datos. Reivindico el derecho a decir: Pues no, no se nada del tema. creo que eso nos hace humanos. La humildad.

  2. La cultura es un concepto muy subjetivo. Depende de nosotros el darle valor al culto.
    Muy buen artículo! ❤

  3. Qué bueno, Mérope, tienes mucha razón. A relajarse y disfrutar de lo que se cruza por nuestro camino y aprender mientras tanto con gusto y sin ansiedades.

Navegar

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies