Querida, amada y estupenda YO

Una Frida se escribe una carta a sí misma de apoyo, potenciando el amor que siente hacia su persona y dándose mucha fuerza para seguir adelante .  Una carta que se vuelve fuente de inspiración para tantas mujeres.


Ilustración: Caribay


Querida, amada y estupenda Yo:

Preciosa, llora, porque lo vas a necesitar y te darás cuenta de que no te da vergüenza. Grita, porque también lo vas a necesitar, y la manada va a acudir. Ábrete al mundo, porque ha resultado ser una escalera con sólidos peldaños, aunque la fuerza de tus piernas la tengas que poner tú. Deja de darte cabezazos contra el cristal como las moscas; deja de sufrir por lo que pueda pasar, porque estás hundiendo tu alma intuyendo algo que tiene que suceder. Deja de idolatrarle, alabarle y ofrecerle flores, porque no es tu dios ni el de nadie; es humano y tiene errores y fallos, como todos, como tú. Así que no le tengas miedo, porque nunca has temido a nadie.

Te prometo que serás la que más sufra de lxs dos, no creas ni el silencio entre sus palabras; te prometo que serás la que más llore y la que más tiempo toque el frío fondo con ese culazo desnudo; sin embargo, serás la que más fuerte se impulse, la que redescubra su interior y exterior; la que, después de un tiempo, vuelva a sonreír desenfadada, a reír sin complejos, a despeinarse esos rizos indomables, a guiñar esos ojos enormes y a mirarse al espejo para ver una mujer, una bruja, un animal con instinto natural. Recuperarás tu divertida ironía, tu hiriente sarcasmo, tu orgullo femenino y tu guerrera ancestral, porque, ricura, créeme cuando te digo que la has tenido apagada, como una vela a la que le ponen un vaso encima.

Libre, no estás hecha para tener el alma atada a ningún ídolo que se permita el lujo de hacerte daño, de cargarte con losas de culpabilidad; que te sepulte bajo una montaña de tierra cada vez que puedes destacar por encima de él. Por muchas palabras feministas que dijera, siempre le abrumó tu naturaleza femenina, nunca soportó que fueses más intensa que él sin necesidad de demostrárselo al mundo. Enhorabuena, bonita, porque de toda esa tierra que te ha echado y te va a echar encima, va a salir un robusto y frondoso árbol con raíces profundas.

Imponente, él nunca llegó a comprender tu amor por la grafía, la sonoridad y el significado de la «libélula»; por los ritmos marcados, profundos y salvajes; tu fervor hacia la Madre Tierra. Siempre miró con recelo tu intuición, tu instinto (a veces demasiado animal), la manera en la que entendías todas y cada una de las palabras, significados, matices, tonos de voz, ironías… Siempre miró con desconfianza tu inteligencia emocional. Siempre le has dado miedo. Detrás de ese feminismo y devoción que gritaba a los cuatro vientos, esconde un complejo de inferioridad hacia lo femenino, hacia la mujer de verdad, hacia la mujer cíclica que eres: que llora, ríe, sonríe mientras llora, folla, llora y ríe follando, corre, salta, se queja, se vuelve loca, triste, turbulenta, mira, observa, calla, habla…

Guerrera, vas a levantarte de todas tus caídas, vas a darte cuenta de que todos esos complejos e inquietudes que él decía que tenías, te los provocaba él mismo. Que tu inseguridad creció cuando él entró en tu vida, cuando entró en tu cuerpo y se aferró a tu alma como un pulpo, estrangulándola con tentáculos.

Chica, mira qué fuerza tienes. Si te estoy escribiendo esto es porque te falta muy poco para terminar un capítulo de tu libro y vas a empezar otro con la sonrisa eufórica de la guerrera que vuelve a casa después de la batalla. Volverás a sanarte, a sentirte y a vivirte. En un par de semanas te darás cuenta de que no lo necesitas para vivir, porque sólo te necesitas a ti misma en plena forma para plantarle cara a todo lo que te venga. Enhorabuena, otra vez, porque no vas a dar un paso atrás ni para coger impulso.

Esta batallita te deja unas bonitas y sexis cicatrices que no vas a esconder, porque las amamos.

Por todo esto, deja de darle vueltas, siempre has sabido que sería él el que te jodiese. Échale el último polvo sin miedo y no temas que esta historia se termine, porque el mundo te espera dentro y fuera de ti para que lo pises fuerte, con decisión, y dejes huella.

Te amas.

Fdo.:
Tu Guerrera por fin liberada.

Elena (26), Alcázar de San Juan (Ciudad Real, España)

https://www.facebook.com/elena.chomsky

 

1 Comentario

  1. Silvia Lozano

    Increible y alucinante, gracias por compartirlo, me permito apropiarme de estas palabras y repetirlas todos los días.

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