Quiero volver a ser yo misma

El divorcio de nuestros padres también nos puede afectar mucho cuando somos adultas. Y la inseguridad puede nublarnos y no permitirnos vernos a nosotras mismas. Las consultas del mes con consejos de nuestras especialistas.

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Ilustración: Qam

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¡¡Hola Fridas!! Me encanta vuestro blog y lo sigo religiosamente todos los meses. Me ha ayudado a abrir los ojos y a ser mucho más feliz conmigo misma :). Es por eso que me gustaría consultaros un problema que me trae de cabeza.

Como buen fruto de la generación de los nacidos en los 90, cuando tengo un problema que no me atrevo a consultar a nadie, pues lo busco en Internet. Lo hacemos todos y lo sabéis.

En este caso fue «hijos de padres divorciados», «mis padres me tienen en medio» y esas cosas. Pero al parecer el mundo cree que estas dudas son exclusivas de adolescentes o niños cuyos padres se divorcian, o que sólo los padres googlean estas preguntas… Vaya. Al parecer como soy un adulto tengo que asumir sin pestañear y de manera automática el divorcio reciente de mis padres. Lo tendría que haber sabido encajar a la perfección como mujer joven y adulta que soy de 22 años. ¿Podéis creer que lo único que encontré en Google respecto a mi situación es si mi PADRE debe pasarme una cuota de manutención?

ACLARO que quiero a mis padres muchísimo y NUNCA me han dejado tirada ni me han negado nada (a pesar de haber metido la pata alguna vez fastidiando la economía familiar sensiblemente el año que perdí la beca de la universidad). Son dos personas que a pesar de sus problemas matrimoniales siempre nos han tenido a mi hermana y a mí como lo más importante en su vida. Pero ahora mismo me tienen frita.

Mis padres tienen una guerra fría montada impresionante. Me usan a mí de paño de lágrimas «porque ya eres mayor y claro, ya entiendes la situación» y se descalifican entre sí reiteradamente contándome lo peor el uno del otro. No se están dejando nada… trapos sucios, intimidades, infidelidades… Cosas muy feas. Lo peor es que ya he hablado con ellos, les digo que por favor no lo hagan, pero en el fondo siento que están solos y que sólo confían en mí. En parte entiendo que sea culpa mía esta situación porque me gusta que me tengan confianza, pero no sospeché ni por un segundo en toda mi vida lo crueles, insensibles e irrespetuosos que pueden ser el uno con el otro.

Yo les quiero mucho y no les juzgo a pesar de lo que me cuentan, porque conozco parte de sus vidas y puedo entender el por qué de algunos comportamientos. Me pongo en su lugar y les entiendo, pero me aterra ver el nivel de odio y crueldad que pueden tenerse dos personas que algún día se quisieron y criaron hijos juntos.

Mi percepción de ellos es la misma, pero la forma en la que veo el matrimonio o la unión y compromiso con otra persona ya se ha deformado bastante. Veo que es imposible tener un proyecto familiar con otra persona y que salga bien. Y diréis «¿cuantos abuelillos felices y enamorados ves por ahí?» pero yo pienso, ¿a que precio?

Muchas gracias por vuestra atención. Espero que podáis ayudarme.

 

Hola M.,

Antes de nada, muchas gracias por ponerte en contacto con nosotras :).

Tienes toda la razón, parece que en el mundo de los divorcios sólo estás afectado si eres uno de los que se divorcian o si los hijos son adolescentes o peques, pero la realidad es que, si cada vez nos podemos independizar más tarde, también nos «comemos» todo eso y no es nada fácil.

La verdad es que cuando las separaciones o divorcios no son «amistosas» se mueve mucha mierda y parece que como hijas sintamos la sensación de que escucharlos es apoyarlos. Pero muchas veces no nos damos cuenta de que nos vamos perdiendo a nosotras mismas entre malos rollos que, aunque sean nuestros padres, no tienen que ver con nosotros.

Entiendo que te pueda dar la sensación que les «fallas» si no les escuchas al sentir que eres la única persona con la que tienen confianza, pero todas llegamos a un límite y tú parece que has llegado al tuyo.

Lo ideal sería que hables con ellos, que les digas que estás ahí para lo que necesiten pero que, dentro de eso, el destripe del otro y de su relación no. Aconséjales que acudan al psicólogo o a una terapia de pareja… Sé que igual esto último te sorprende y extraña porque piensas que ya no van a volver a estar juntos y tienes razón, pero la terapia de pareja también está para, por llamarlo de alguna forma, hacer terapia de divorcio, para que sepan cómo separarse sin asesinarse entre los dos y a los que estén en su camino (vosotras).

También te aconsejo que si ves que te cuesta todo esto, acudas tu también al psicólogo ya que puede ayudarte a cómo manejar tanta información, situaciones y emociones.

Por lo demás, es absolutamente normal que situaciones como éstas hagan que creas menos en la idea de la pareja feliz, ¡normal! Y si, como bien dices, hay muchos abuelitos felices igual que hay muchas parejas rotas. Eso es así, claro que es posible, pero también es verdad que no siempre se sabe cómo hacerlo.

Que todo esto no te quite la ilusión por tu futuro personal porque, afortunadamente, hay mucho amor en este mundo y muy diferente.

¡Un besazo enorme!

Marta G.

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Hola,

¡Demonios! Estoy nerviosa; Con las manos frías y los latidos fuertes, y sólo por escribirles. De hecho, es la primera vez que hago una consulta en un blog o una página como la de ustedes. Siento como si por fin tuviera alguien que me escuche, me lea o al menos desahogarme de alguna manera.

Perdón por mi sentimentalismo. Yendo al grano, quisiera consultarles un consejito minúsculo a ustedes. Bueno, en realidad es una lluvia de consejos. Lamento mi atrevimiento pero siento que ustedes pueden ayudarme en alguito.

Lamentablemente yo era una niña muy segura y divertida, pero al parecer, algo (y no se qué) me ha vuelto muy insegura (en todo). Me es difícil tratar de volver a ser la misma, pero aún no entiendo cómo lograr superarlo. La inseguridad me ha puesto ya muchos obstáculos, desde mi relación, que me tiene de celosa (aunque trato de no serlo, pero es inevitable), hasta en mi carrera como artista, que ni siquiera sé qué hacer, ni he sacado obras, ni sé si podré llegar a ser algo.

Incluso hasta ámbitos que a mí misma me han hecho daño en mi intimidad y no le consulto a nadie (por vergüenza). Con esto me refiero a la masturbación, ya que no la he podido disfrutar o muy pocas veces lo hago cuando lo intento. A veces estoy bien y otras veces mi autoestima está por los suelos; a tal punto de llevarme a psicólogos.

Para mí es muy difícil escribirles esto, pero no quiero que mi futuro resulte perjudicado por mí misma y pienso luchar contra mi parte mala.

Muchísimas gracias por su tiempo.

 

Hola M.,

Muchas gracias por escribirnos y contarnos algo tan íntimo.

Sobre la inseguridad he de decirte que es muchísimo más común de lo que pueda parecer. Normalmente no es algo que se exprese en público pero somos muchísimas las personas (en especial las mujeres) las que sufrimos de esta inseguridad que parece no dejarnos avanzar en nada. Es normal que sientas que poco a poco se ha ido acrecentando. Conforme crecemos, la cantidad de experiencias, demandas sociales, etc., se acumulan, y a veces nos dejan esa sensación de impotencia de que no somos suficiente, de que debemos llegar a más. Aunque esto, claro está, es una interpretación que hacemos de estos mensajes.

Para combatir con ello y que no te limite lo primero es aceptar que tienes esta parte. Y que no pasa nada, es muy común, no eres defectuosa por tener inseguridad. Y la segunda es, como ya planteas, plantarle cara. Sabes lo que te pasa pero eso no significa que te vayas a dejar dominar por esa desagradable sensación. Creo que estás en el camino de liberarte un poco de ella. Aunque es una compañera que te irás encontrando, porque es algo que resulta complicado eliminar del todo de nuestras vidas, estando dispuesta a avanzar le ganarás terreno y harás con tu vida lo que más te apetezca.

¿La manera de ir superándola? Ir dando pequeños pasos. Ir tomando pequeñas decisiones. Permitiéndote disfrutar con la masturbación sin tapujos y sin «peros», dando un paso en el arte: creando sin pensar si es suficiente o no. No dejes que tu inseguridad te diga que lo has hecho mal, que es mejorable. Porque lo cierto es que siempre, todo, es mejorable.

Cuando tomes una decisión cíñete a ella. Piensa en el motivo porque la tomaste y no escuches las alternativas. Pararte a escuchar esas alternativas, esas ideas de que «otra decisión hubiera sido mejor» hace que incremente tu inseguridad. Así que ni las escuches, dite a ti misma «he tomado esta decisión por esto», «he hecho esta pincelada por esto», «he tomado esta decisión por estos motivos». Y ya. Reafírmate. Tomando decisiones y reafirmándote lograrás dejar la inseguridad un poco de lado. Porque esa misma inseguridad es la que te lleva a ser celosa, la que te lleva a desconfiar de tu pareja e incluso de ti misma.

El camino que tienes que seguir es el de aprender a verte, a valorarte. Y para esto hace falta que te sientas firme en tus decisiones. Y estate segura que tomes las que tomes estarán bien. Y si te equivocas aprende de ese error pero no te machaques por él. Poco a poco. Paso a paso.

Espero servirte de ayuda, para cualquier cosa aquí nos tienes.

¡Un beso!

Irene