Sociedad de castas en India

En pleno S. XXI el sistema de castas sigue rigiendo a una de las más grandes y antiguas sociedades del mundo: India.



India es uno de los países con mayor tasa poblacional (más de 1.200.000.000 de habitantes) y con un sistema de organización social bastante particular.

La sociedad hinduista se organiza bajo el sistema de castas. Es decir, una forma de organización tradicional y religiosa que determina a las personas según su condición al momento del nacimiento. Hablar de “castas” supone un concepto rígido, intransferible y estigmatizador para la gran mayoría de la población. Si bien no son políticamente reconocidas, sí lo son en el ámbito social (sobre todo afuera de las grandes ciudades).

La palabra “casta” proviene del sánscrito y se la asocia con la palabra color. Para el hinduismo, porque es un concepto religioso, hay 4 grandes grupos.

Pero bien, antes de meternos con esta terrible costumbre vayamos de a poco. ¿De dónde proviene el sistema de castas? Sabemos que el hinduismo es una religión tradicional. Está compuesta por más de 30.000.000 dioses y diosas, pero sólo 3 son los principales. Uno fue el dios Brahma, dios de la creación, fue quien dio origen al cosmos. La leyenda cuenta que los seres humanos fueron creados a partir de las diferentes partes del cuerpo del dios creador. Dependiendo de la parte del cuerpo de la que surgieron, será la casta a la que pertenecerán. La casta determina el estrato social: determina con quién casarse, qué trabajos realizar, qué lugares visitar y cómo vivir. Entonces:

  • Los brahmanes (sacerdotes y maestros) son la casta más alta. Se dice que salieron de la boca de Brahma. Son los amos y señores de la sociedad India.
  • Los chatrías (políticos y militares) salieron de los hombros y brazos del dios.
  • Los vaishias (comerciantes, artesanos y campesinos), se formaron de las piernas de Brahma. Es la clase trabajadora.
  • Los shudrás (esclavos y obreros), provienen de sus pies.
  • Y luego, están ellos, los dalit, su categoría es tan pobre que ni siquiera alcanzaron los pies de sus dioses. Solo pueden realizar actividades denigrantes como limpiar excrementos humanos. No pueden verse de día, por eso les dicen, los invisibles. No pueden tocar a nadie de una casta superior, por eso les dicen, los intocables. No son nada, por eso les dicen, los nadies.

De este modo la sociedad estaría socialmente ordenada. Cada quién sabe qué hacer, dónde y cómo. El apellido de una persona da cuenta de su casta y de su actividad. Por que es cierto que hay miles de sub-casta (jatis). Según su apellido un hombre será cocinero, chofer o vendedor de sedas.

Dijimos que las castas son intransferibles, es cierto. Marcan el status. Nadie puede pasarse a una casta superior. Son hereditarias y es lo que marcará la vida y muerte de una persona. La casta determina la profesión, el estudio, las posibilidades socioeconómicas, como así, también su matrimonio. La unión entre personas de distintas castas no está permitida.

Gandhi, uno de los principales opositores a este sistema

Junto a esto existe otro concepto u otra herramienta de dominación: el karma. Es el destino que afronta toda alma al morir el cuerpo. Dependiendo de su comportamiento, una persona reencarnará en una casta superior o inferior. Para poder, en una próxima vida salir de su casta actual y renacer en una superior, tienen que seguir la senda del deber (dharma). Pero si no lo cumplen, la próxima vida serán de una casta inferior, o incluso un animal.

Hay una alternativa al sistema de castas, que no es la muerte, es la renuncia de toda posesión y afectos para dedicarse a la vida religiosa. Las personas que escogen este camino se llaman sadhus. Escribimos sobre ellos algunos meses atrás.

Pero las cosas en India están cambiando, por los menos en las grandes ciudades. Las nuevas generaciones parecen romper las tradiciones actuales y para algunas personas, hablar de castas, es un concepto retrógrado y obsoleto.

Pero India es inmensa y las grandes ciudades se cuentan con los dedos de las manos. La mayoría de las personas continúan sometidas a esta pretensiosa tradición. Son objeto de dominación y explotación. ¿Ustedes qué opinan?

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