La biblia del papilomavirus

Nuestra doctora y nuestra naturista se han puesto manos a la obra y han elaborado esta completa guía sobre el virus del papiloma humano (VPH o HPV).

El VPH o HPV (virus papiloma humano), es un virus ADN. Se transmite fundamentalmente por vía sexual. La infección por el VPH es responsable de la aparición de diferentes tipos de lesiones de piel y mucosas: verrugas vulgares y genitales, cáncer de cuello de útero, ano, genitales externos y orofaríngeo, papilomatosis respiratorio recurrente, etc.

Algunos subtipos de VPH tienen potencialidad para convertir las células que infecta en células cancerígenas. Estos subtipos se clasifican en:

1. Bajo riesgo de malignidad: Principalmente tipos 6 y 11, implicados en las verrugas genitales.
2. Alto riesgo de malignidad: Sobre todo los tipos 16, 18, 31, 51, 52, 53 y 66, implicados en el cáncer de cuello de útero.

Si aparecen lesiones malignas, hay cuatro estadios principales:

1. Adquisición del VPH
2. Persistencia de la infección
3. Progresión hacia lesión precancerosa (neoplasia intraepitelial cervical [CIN]; grados 1, 2 y 3, este último considerado carcinoma in situ)
4. Invasión local

Podemos afirmar que la infección por el VPH es un factor necesario para el desarrollo posterior de cáncer de cérvix, pero no significa que porque presentemos una infección por VPH vayamos a desarrollar una displasia o en el peor de los casos un cáncer. No obstante, en la mayoría de los casos la infección pasa de forma desaspercibida para la mujer al no haber presentado sintomatología alguna.

Sabemos que existen otros factores relacionados con la infección y progresión de la infección hacia el cáncer de cérvix, son:

• Multiparidad (cinco o más partos)
• Uso de terapia hormonal más de 5 años
• Mantener sexo con hombres que hayan tenido seis o más parejas sexuales
• Coinfección por c. trachomatis (clamidia) y virus herpes simple tipo 2 (VHS-2)
• Déficit de micronutrientes
• Tabaquismo
• No utilizar preservativos
• El inicio de relaciones a edades tempranas
• Nivel socioeconómico bajo y/o pertenecer a algunos grupos sociales (prostitutas, adictas a drogas o a alcohol, reclusas y portadoras del virus de la inmunodeficiencia humana [VIH])

¿CÓMO SE PUEDE TRANSMITIR EL VPH?

Como ya se ha mencionado la transmisión se da, principalmente, mediante las relaciones sexuales, fundamentalmente durante la penetración con el contacto piel con piel entre genitales de personas de diferente sexo. Otros tipos de contagio como el contacto entre genitales sin penetración, el manual-genital o el oral-genital también son posibles aunque menos frecuentes. Así, el riesgo de contagio entre relaciones homosexuales existe.

También se puede contagiar el virus al bebé, si la madre tiene algún tipo de VPH, mediante el canal de parto. Otra forma de transmisión con altas probabilidades de contagio, de la madre al hijo durante el embarazo, sucede cuando se rompen prematuramente las membranas.

La transmisión del virus mediante medios de transmisión de patógenos (fómites) como juguetes sexuales, espéculos, guantes, etc. , es algo de lo que se ha hablado. Pero parece que el contagio de esta forma no es muy probable.

Como vemos, este virus infecta a las personas a través de piel con piel, cuando la piel receptora tiene algún tipo de abrasión. Nunca se da a través de tejidos o de animales domésticos. ¡No te puedes contagiar de VPH por el uso de baños públicos!

EVOLUCIÓN EN LA INFECCIÓN DEL VPH

1. El virus penetra hacia capas más profundas de la piel y las mucosas. Lo hace a través de las pequeñas abrasiones (debidas a infecciones previas como la candidiasis o el herpes genital), o de pequeñas rasgaduras o traumas que se pueden producir durante el mismo acto sexual. Hay que tener cuidado, porque aunque se sabe que el contagio ha sido mediante el contacto sexual, no tiene por qué haber sido tu pareja actual ya que no se sabe cuándo se ha producido el contagio.
2. Periodo de latencia. Este sucede entre el momento de la infección hasta que aparece la primera lesión precancerosa; es un estadio que puede durar varios años, en el caso de que la infección no se solucione espontáneamente, y evolucione hacia una lesión precancerosa – que tan solo sucede en un 10% de los casos -.
3. Periodo de expresión. Se inicia a partir de la aparición de algún síntoma.

Las alteraciones o displasia a nivel celular se detectan a través de una citología del cérvix uterino.

• ¿Citología anormal?

Habrá mujeres que aunque presenten un resultado anormal en sus citologías. Es muy poco frecuente encontrar células cancerosas, así que este tipo de resultado solamente significa que hay células anormales.

En función del tipo de célula encontrada el consejo puede ser diferente:

• Otra citología en 6 meses
• Un test de VPH
• Una colposcopia. Se utiliza para explorar más pormenorizadamente el cuello uterino, ampliando la imagen del mismo al especialista para tomar biopsias de los tejidos que estén alterados.

CLASIFICACIÓN DE LAS LESIONES PREMALIGNAS

La clasificación más utilizada para este tipo de lesiones es el sistema Bethesda, cuya última revisión se efectuó en el 2001. Las categorías son:

• Negativo para lesión intraepitelial o malignidad: No se observan lesiones precursoras o cáncer.

• Células epiteliales anormales: Su presencia no implica cáncer, ya que su causa no se puede identificar. En caso de que se dé este resultado lo necesario es repetir la prueba en unos meses.

• Lesión intraepitelial escamosa: Esto muestra la presencia de lesiones premalignas, que se dividen en dos: de bajo grado y de alto grado. Si no se tratan especialmente las de alto grado, hay más riesgo de que evolucionen hacia cáncer.

Es necesario que señale que no todas las mujeres con lesiones precancerosas desarrollarán cáncer de cérvix. No hay que alarmarse. Sencillamente se deben tratar las lesiones premalignas.

El tratamiento se centrará en mejorar el estado de las lesiones y controlar que no vayan a más, por lo que se emplearán estrictamente las medidas médicas necesarias (ya sea láser, cirugía o destrucción del tejido por frío), evitando todo aquello que sea demasiado invasivo. El objetivo será eliminar la zona en la que aparece la lesión.

¿Cuál será el tratamiento? Dependerá de lo que dure la presencia de las lesiones presentadas, así como del grado de estas (recordemos, alto o bajo).

REFLEXIONES EN LA PREVENCIÓN DEL CÁNCER DE CÉRVIX

Compartimos con vosotras las reflexiones de unos expertos sanitarios sobre la situación actual de la vacunación frente al VPH. Gavilán Moral y Padilla J. nos dicen que existen vacunas frente al VPH, que resultan preventivas, tanto para las lesiones precancerosas como para el cáncer de cérvix. Son dos y se pueden emplear en pacientes que tengan más de 9 años.

• La tetravalente (VPH-4, frente a tipos 6, 11, 16 y 18), bajo el nombre comercial Gardasil®. Esta también se indica para prevenir las verrugas vulvares.
• La bivalente (VPH-2, para los tipos 16 y 18), bajo el nombre comercial Cervarix®.

• Análisis científico

Para que las displasias evolucionen hacia cáncer invasivo tienen que pasar muchos años, incluso décadas. Es por eso que los ensayos clínicos que se han ido realizando no evalúan la protección de estas vacunas frente al cáncer; se necesita hacer ensayos clínicos aleatorizados (ECA) como los que se han hecho, pero con grandes muestras de población y a largo plazo, para poder llegar a conclusiones al respecto. Los resultados que tenemos acerca de la efectividad de las vacunas antes mencionadas, apuntan a que funcionan frente las lesiones displásicas. Pero estas lesiones no son siempre válidas para predecir la aparición del cáncer, así como los porcentajes de mortalidad del mismo.

Actualmente podemos decir que los estudios con los que nos encontramos muestran resultados poco precisos e incluso pueden llegar a poner en duda la eficacia de las vacunas frente al cáncer de cérvix.

• ¿Es segura la vacuna frente al VPH?

Para decidir si nos administramos la vacuna o no, es necesario conocer esta información. Por el momento, los ensayos realizados no asocian la administración de la vacuna a efectos adversos importantes. Lo que parece ser, es que hay una pequeña tendencia a aumentar los casos de displasia, aunque no se considera significativa en dichos estudios.

También debemos tener en cuenta que este tipo de datos depende de que los profesionales pasen la información a los que realizan el estudio, cosa que no siempre sucede.

A continuación están los datos de farmacovigilancia VAERS (Vaccine Adverse Events Reporting System):

• 12.424 notificaciones en 2 años
• 54 notificaciones por cada 100.000 dosis administradas
• Esto representa más del 60 % de los episodios adversos en mujeres entre 6 y 29 años notificados por vacunas

• Cuestiones pendientes sobre la vacuna frente al VPH

• Por los presentes estudios no se puede analizar la efectividad de las vacunas en poblaciones de riesgo.
• Los resultados de los ensayos realizados se han extrapolado a poblaciones de bajo riesgo, como por ejemplo es España. Aquí, mostramos menor riesgo de mortalidad por cáncer de cérvix.
• Es necesario investigar si hay mayor tendencia de padecer displasia en aquellas mujeres que han sido infectadas de VPH previamente a la administración de la vacuna, así como ver qué efecto tiene dicha vacuna en estas mujeres.
• Aunque la vacuna está aprobada para administrarse a niñas a partir de 9 años, en este grupo de población solamente se han hecho estudios de inmunogenicidad (capacidad de un anticuerpo de inducir una respuesta inmune). El grupo poblacional de menor edad del que se han tomado resultados es en niñas de 15 años. A este respecto se plantea la cuestión de si la vacunación escolar respeta la autonomía de la paciente y si se le aporta información suficiente para tomar la decisión de vacunarse.
• Respecto a los grupos de edad, solamente se incluyen en los estudios mujeres de hasta los 45 años. Por este punto y lo mencionado en el anterior (el grupo poblacional de menor edad es de 15 años) se hace necesaria la inclusión de información sobre los efectos de la vacuna en otros grupos de edad más allá de los ya analizados.
• También es necesario conocer cómo incide la vacuna con otros factores o enfermedades; no se sabe cómo influencia la administración de la vacuna en persones inmunocomprometidas u otras enfermedades del sistema inmune.
• Tampoco se sabe si, con el tiempo, es necesaria una readministración de la vacuna para que sus efectos perduren.
• Hay que investigar el posible efecto de protección de una vacuna elaborada para ciertos tipos de VPH, en otros tipos de VPH estrechamente relacionados, así como en grupos de mujeres. De existir tal efecto, se debe atender a su intensidad, a si es duradero, o si aumenta con la vacunación masculina.
• La vacuna no previene del contagio de otras ETS, pero puede llegar a desarrollarse una falsa sensación de seguridad frente a las mismas. Es importante incidir en este aspecto en las mujeres a las que se les administra.

CONSIDERACIÓN FINAL

Pese a los avances médicos y la existencia de las vacunas, no debemos dejar de lado que lo más importante es la detección precoz del cáncer de cuello de útero. Es por eso que las mujeres debemos realizar visitas ginecológicas y citologías de manera periódica. Solo de esta manera detectaremos precozmente las lesiones premalignas y el cáncer de cuello de útero, y podremos tomar el tratamiento adecuado lo más rápidamente posible. Esto último influye en la eficacia del mismo.

Como indican Gavilán y Padilla en su artículo “La vacuna del papiloma humano”, también resulta de primera necesidad “un fuerte impulso de la promoción de la salud sexual”1.

 Bibliografía

• 1: Gavilán Moral, E.; Padilla Bernáldez, J. La vacuna del papiloma humano. Rev AMF, actualización en medicina de familia.2013; 9: 181-240.
• CDC, 2007. Virus del Papiloma Humano. Información sobre el VPH para médicos.
• Asociación Española de patología cervical y colposcopia. Proceso Asistencial Integrado; Ca. de cérvix. Consejería de Salud. 2010. Sevilla.
• Confiño R. Prevención del cáncer de cuello de útero: ¿hacia dónde vamos? Disponible en: http://www.slideshare.net/rcofinof/prevencion-del-cncer-de-cuello-de-tero-hacia-dnde-vamos

Lola C.

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Lola, nuestra médica maravillosa, os ha explicado muy bien lo que es, de dónde viene y los tratamientos convencionales para el HPV. Ahora os voy a explicar mi parte. Lo más importante es que no os dejéis llevar por el miedo (se cura :)) y que toméis la responsabilidad de vuestra salud junto con vuestro médico (que os debe hacer sentir bien, ¡siempre!).

REDUCIR EL ESTRÉS

Todas las enfermedades o desarreglos conllevan una disrupción previa (muchas veces emocional) de vuestro patrón energético. Es decir, que antes de poneros malitas, o de que se manifieste el virus del HPV en esta caso, tiene que haber cambiado algo en vuestras vidas: más trabajo de la cuenta, un susto, una separación, cambiaros de casa, la muerte de un familiar… Esto afecta a nuestro estado de ánimo y como consecuencia se desatan una serie de reacciones fisiológicas en nuestro organismo. Están pensadas para ayudarnos a actuar mejor en caso de peligro, pero si se mantienen por más tiempo de lo que deben, bajan nuestras defensas y se convierten en nocivas. Voilà: la conexión cuerpo-mente. Estrés continuado = enfermedad.

A veces el estrés es inconsciente y ése tiene que ver más con conflictos del corazón no resueltos. Un perdón que no ha llegado, rencillas antiguas y cosas así. Mirad profundo sino encontráis nada obvio, destapad sin miedo y limpiad el armario de vuestro abismo. Si os topáis con un problema muy complejo no dudéis en pedir ayuda profesional. La resolución de estos entresijos emocionales es increíblemente liberador y sanador para nuestra mente, espíritu y cuerpo…

Si tratamos el estrés, estaremos tratando una de las raíces principales de nuestro problema. Así que chicas, para poner remedio al HPV, desestresarse tiene que ser una prioridad. ¿Y qué se puede hacer?

• Respiración consciente: Busca en internet «respiración consciente» y encontrarás mucho tutoriales, gratuitos. ¡Para que te pongas manos a la obra!
• Ejercicio: Correr, natación, yoga, baile, zumba, boxeo… Lo que os apetezca, pero moved los huesos para liberar endorfinas y bajar los niveles de estrés. Además de fortalecer y limpiar todo el organismo.
• Reírse: Pues eso, reírse reduce el estrés. Móntatelo como quieras, ¡pero las carcajadas no pueden faltar!
• Alimentación: Reduce la cafeína al mínimo o elimínala por completo, contribuye a la ansiedad y mucho.
• Duerme y descansa lo que necesites: Descansar bien por la noche es crucial para reducir el estrés, ya que durante el sueño se regenera el sistema nervioso. Además, por favor, intentad hacer la siesta, aunque sean 10 minutos. Está demostrado que si en vez de tomarnos un cafecito después de comer descansamos un rato (aunque sea sentadas), nuestros niveles de estrés se reducen considerablemente.

PLANTAS Y PÓCIMAS

Para combatir el HPV desde un punto de vista físico natural, debemos limpiar los órganos (riñones, hígado y pulmones) que se encargan del deshecho, aumentar las defensas de nuestro cuerpo y reducir la oxidación celular.

• Limpieza

Proponte tomar sólo frutas y verduras durante una semana. Sé que es mucho pedir, pero ahí os dejo eso. Limpieza es limpieza y ya.

También os recomiendo tomar infusión de cola de caballo, malvavisco, romero, cardo mariano y regaliz (sin regaliz si sufres de hipertensión). Tres veces al día. En tu herbolario te prepararán la mezcla. Y bebed mucha agua de baja mineralización (Bezoya es mi preferida).

• Suplementación

– Vitamina C: 1000 mg diarios. Acción antioxidante y regeneradora.

– Setas inmunoestimulantes: Inmonew Forte de Laboratorios MGDose. Tres comprimidos diarios con las comidas.

– Probióticos: Regulan nuestro tránsito intestinal favoreciendo por una parte la limpieza el organismo y por otra sabemos que contribuyen en gran medida a el correcto funcionamiento de nuestro sistema inmune.

• Baños de asiento

La tradición médica Ayurveda recomienda para estos casos baños de asiento diarios durante una semana y una vez a la semana durante las siguientes tres semanas.

Instrucciones para baños de asiento:

• 1 puñado de pétalos de rosa secos
• 1 puñados de flores de lavanda secas
• 1 puñado de romero
• 1 puñado de salvia (si estás embarazada ésta no)

Pones a hervir la mezcla en una olla grande llena de agua con tapa. Deja que hierva tres minutos, apaga el fuego, mantén la tapa puesta. La dejas enfriar hasta que esté a unos 40 grados (que se note calentita pero no quemando). La cuelas y echas el agua en la bañera, te sientas, respiras despacio, y con un cacito te vas echando el agua por el vientre. Si no tienes bañera, una palangana y arreglado. Cuando termines, te envuelves calentita en una toalla y te embadurnas de aceite, te quitas el sobrante con la toalla y a la cama. La primera semana, se recomienda no tener relaciones sexuales.

Para terminar te recuerdo que lo más importante es que no te dejes llevar por el miedo. No te preocupes, ¡ocúpate!

Besos y abrazos naturales,

Alexia