Dormir en pareja

Dormir en pareja puede ser una auténtica gozada… o no.


Ilustración: Olga


Porque ¿qué hay de esos días de frío invierno en los que oyes la lluvia y el viento al otro lado de la ventana pero tu te estrujas a tu pareja bajo las sábanas, creando el calor humano necesario, y con una sonrisita piensas «no podría estar mejor»? Pero… ¿y cuando llegan las típicas noches de ola de calor, que la temperatura no baja de 28º y no sólo te sobra la ropa sino también las sábanas, el colchón y ese cuerpo humano pegado al tuyo que hace que según os rocéis salga una gota de sudor? ¿En qué momento nos hemos convertido en esponjas?

Y es que lo de dormir en pareja es muy bonito salvo que lo hagas con el fantástico «canelón», ya sabéis a que me refiero, ¿no? A ese ser capaz de, con sutiles movimientos, ir enrollando sábana, manta, edredón y todo lo que haga falta para que te despiertes en mitad de la noche destapada y congelada y veas a tu lado un rollito de primavera gigante en el que ¡oh, sorpresa! duerme tu pareja plácidamente.

También está el clásico «tira y afloja». ¡Zas! y te han quitado las sábanas pero, wahahaha tú has sido rápida y en el último momento conseguiste alcanzar una esquinita y ¡zas! tiras tú… Te duermes y ¡zas! tira la otra persona pero llegas tú y ¡zas! Un no parar, vamos, que al fin y al cabo te hace pasar la noche entretenida.

Luego está el mítico «¿hay alguien más ahí?» Son esas personas que se han acostumbrado durante mucho tiempo a dormir solas en camas grandes y su postura preferida es el aspa. Les reconoceréis porque su cadera se encuentra en el centro exacto de la cama y, sorprendentemente, cada una de sus manos llegan a las esquinas superiores de la cama y los dedillos de sus pies a las inferiores… ¿Y vosotras? Hechas un ovillo en el triangulito que dejan, diciendo «¡¡que estoy aquí!!»

¿Y qué hay del «ventilador»? Una variante del anterior pero, en esta ocasión, la persona va rotando mágicamente sobre su propio eje por lo que el triangulito que dejan se va moviendo, que al final eso parece el juego de las sillas y si no encuentras tu sitio, ¡fuera!

También tenemos el «digo que si cuando quiero decir que no». Muy fácil: «Cariño, ¿te apetece que durmamos abrazados?» «Claro que sí, nada me haría más feliz» y al cabo de 10 minutos de sueño… ¡Zas! Tirón del brazo atrapado con el consecuente latigazo en la nuca y adiós al abrazo, a Morfeo y a todo.

Claro que esto me lleva a otro tema peliagudo…¿qué hacer con «el brazo tonto»? Sí, sí… ese típico brazo que cuando abrazas a alguien se queda como inerte y absurdo entre los dos, ese brazo que querrías arrancarte para que no se interpusiese en tu camino pero no deja de salir por el medio como poseído por el espíritu de Doña Rogelia. ¡Si es que tendríamos que poder desenroscarnos al gusto, cual muñecos!

Otro compañero de cama puede ser «el futbolista», ese que en mitad de la noche te hace un quiebro, intenta alcanzar un balón imaginario y ¡zas! ¡Patada en la espinilla! Tú te despiertas con ganas de estrangularle o sacarle tarjeta roja pero, como son las 5 de la mañana y tienes sueño, farfullando te quedas dormida.

También puede pasar que te toque compartir la cama con «la radio». Vale, todos podemos hablar en un momento dado y yo te quiero, pero si gritas «¡fuego!» en mitad de la noche o me sueltas una parrafada de por qué prefieres el café con leche en vez de con hielo permíteme decirte que ¡no es el momento!

Claro, que si son palabras aún… Porque ¿qué hay de la gente que ronca? Lo siento por quienes leáis esto, no quiero ofendeos pero alguien tiene que decirlo… El ronquido hace que pases de «madre-mía-cuanto-te-quiero-te-comería-a-besos» a «te-quiero-pero-ahora-mismo-te-mandaba-a-China!» Sin acritud, pero real como la vida misma.

Otro especialista en la cama es «el rodillo», estas personas son expertas en girar sobre si mismas y recorrer toda la cama croqueteando sin que nada se lo impida. No le para la almohada, no le para la sábana que se le enreda en las piernas y, no lo dudes, ¡no le paras tú!

Luego está el «pequeño saltamontes». Hay gente que gira en la cama y hay otra que salta para hacerlo, ¿por qué? Nadie lo sabe, los científicos aún están estudiándolo, pero el tema es que cada vez que esa persona se gira… ¡boing! Tiembla la cama. Cuenta la leyenda que algunas personas al saltar han lanzado a su pareja hacia el techo con tal fuerza que éstas se han quedado allí pegadas cual mosquito muerto por zapatillazo.

¿Y qué me decís del «modo silencio»? Da igual cuantas veces se levante al baño, se gire, se mueva, se tape y se destape, tú nunca notarás nada, no te enterarás, tendrás que abrir los ojos para comprobar si sigue ahí porque jurarías que ni respira… No le des vueltas, es un ninja.

El clásico «aquí he caído» también es muy habitual. Da igual como caigan en la cama, si es con las piernas cruzadas, sobre sus brazos enredados, sobre una caja de zapatos o con la mitad del cuerpo fuera, esta persona dormirá y soñará felizmente sin hacer ningún tipo de ruido o movimiento. Escalofriante.

Pero eso si, el acostarse en la cama juntos, dar un beso de buenas noches a la persona a la que quieres y despertarte a su lado no tiene precio. ¡Dulces sueños, Fridas!

Marta G.

 

36 Comentarios

  1. Paula Fernández San Martín

    Nosotros somos los dos fumadores, lo que significa que roncamos los dos como osos.

    Además yo tengo que dormir, por prescripción facultativa, como mínimo 8 horas diarias. Así que el médico me recetó unas pastillas que tomo cada noche.

    Así y todo, como se quede dormido antes que yo, me largo al sofá del salón porque es imposible dormir con lo que parece un tractor a mi lado…

    • Marta G.

      jajajaja menudo conciertazo debéis tener!
      gracias por escribir 🙂

  2. ¡Jajajajaja! Creo que mi pobre novio es un santo, primero por que soy sonámbula , luego por que hablo en sueños, sobre todo hago horas extras de tele-operadora en sueños y peleo con los clientes (eso es lo que el asegura), por que le hago el canalón y todas esas maldades que dice el post, eso si he llorado de la risa y casi muero atragantada con el café con leche, en fin que me ha encantado y se lo pienso pasar a mis amigos via fb.

    • Marta G.

      si te has sentido identificada y además te he hecho reir….no puedo pedir más!! 🙂 gracias por comentar, por compartirlo y por currar horas extras x la noche jajajja un besito, tocaya!

  3. Qué risa con el post,! Llevo unos meses viviendo en pareja. Los primeros dias dormíamos abrazados y no quisimos admitir que era incómodo además de muy caluroso. En agosto con noches de 30 grados…
    Llegué a sentirme mal xq acabamos durmiemdo cada uno a un lado de la cama… pero ahora todo mejora. El cerrar los ojos viendo a la persona q amas y volver a verla al despertar, no tiene precio. Aunque si he de decir que mi pareja habla en sueños, y acojona un poco…

  4. Oh Dios… Esto me causo muchísima gracia. Las veces que he dormido con mi pareja(Porque por razones de estudio vive en otra ciudad) es el espectáculo mas grande de mi vida. El es un tronco. Un tronco en serio!! Si se acuesta en una posición en esa misma se despierta. Eso es genial y me asusta. Lo único malo es que el pobre tiene un problema respiratorio y cuando respira se escucha hasta en el Himalaya, supongo que al menos con eso se que esta bien 🙂
    Y yo? Bueno mejor ni hablemos de eso. Yo soy terrible. Lo que hace el amor no?

    • Marta G.

      eso es amor y lo demás son tonterías 😉

  5. 4toofmoon

    Jajajajajajajaa, buenisimo el post, me trae recuerdos, tengo varias anécdotas, pero la última me tocó la del tiron, mi pareja no se dió cuenta, dormia como si nunca fuese a despertarse, y yo muriendo de un frio muy cabrón, casi que me pasaba a la otra cama, porque en serio era aquello de pelicula, en fin logré apropiarme de una esquinita y así logré amanecer mas o menos bien…eso si, le conté y no paraba de reir y encima que era nuestra primera noche!!! jajajaajaja ya imaginan!!! 🙂

    • Marta G.

      jajajaja si es que somos un show nocturno todas!! 🙂

  6. Muy divertido el post 😀 yo sufro porque me sofoco en seguida y mi pareja sin embargo duerme con 4 mantas hasta en verano…! D:

  7. En mi caso el sufridor es él… tiro de las sábanas, me muevo, ronco (no mucho… ejem) y sobre todo ¡hablo por los codos! soy supersonámbula y en épocas de estrés he llegado a gritar y a pegarle al pobre mío… Aún así, me echa de menos, debe ser amor ^-^

    • Marta G.

      jejejeje lo es! sin ninguna duda! 🙂

  8. disculpen que no me levante, pero sigo pensando que dormir, lo que es dormir, mejor solo que acompañado -sea bien o mal-.
    fdo.: modo silencio

    • Marta G.

      yo me quedo con la compañía 🙂 gracias por escribir!

  9. jajaja me tenté, las descripciones son divinas. Mi pareja roncaba, hasta hace poco y debo decir que eso de «mandarlo a China» queda corto… jeje yo soy algo así como un «pequeño saltamontes en exhibición» porque salto de una posición a otra pero casi siempre utilizo el cuerpo de mi compañero como apoyabrazos o apoyapiernas jijiji reconozco que es difícil de aguantar pero valgo la pena 😉

    ¡salú!

    Lucía

    • Marta G.

      madre mía!! una pequeña saltamontes que además utiliza a su pareja como resorte!!! jejejeje encantada de conocerte! gracias por escribir 🙂

  10. Me he reído un montón jajajaj Yo soy la radio gritona

    • Marta G.

      una radio gritona! esperemos que no te juntes con otra y se enfaden los vecinos 😛

  11. Adolfo Escudero

    Muy interesante. Me identifico con el mítico, el aspa de molino y el futbolista….. Incluso un par de veces colmé su paciencia y me echaron agua…. ¡¡¡¡¡plafff!!!!. Solo bastó 2 aplicaciones para curarme. Ahora soy un ninja que «a veces» ronca.

    • Marta G.

      así que el remedio es una duchita inesperada? lo apuntamos!! jejeje gracias por escribir! 🙂

  12. Jajaja… la verdad es que la que habla dormida y a veces despierta a su pareja con toda clase de frases incoherentes soy yo. Ugh, soy una radio… lo he hecho desde niña, y no hay nada que hacer. Él, por su parte, se desquita tironeando la sábana hasta arrancarlas de debajo del colchón, de modo que quedan sueltas y terminan inevitablemente enrollándose hacia arriba. Día por medio me despierto cubierta sólo por la frazada, y con las sábana completamente enrollada en el centro de la cama. Cada uno dice que lo que hace el otro es peor y reclama para sí el lugar de víctima, jajaja, pero cuando uno anda de viaje igual nos echamos de menos y extrañamos el dormir juntos

    • Marta G.

      sois un auténtico show durmiendo jejeje lo de la sabana bajera enrollada en el centro de la cama lo llamaremos «el epicentro» que parece como absorbida desde el centro de la tierra 😉

  13. Me reído un montón con esto, y varias de estas le he hecho a mi pareja, aparte que compartimos una cama pequeña. Al principio dormíamos bien abrazaditas y a mitad de la noche, según me cuenta, le empiezo a dar de puños y patadas para que se me aleje. Mientras no le deje un ojo morado, nos seguirá haciendo gracia

    • Marta G.

      pues mira que en camas pequeñas todos tenemos tendencia a quedarnos más quieto, no quiero imaginaros en una grande! jejeje gracias por escribir!

  14. Que risas!!!! En mi caso has acertado con casi todo , pero lo de los ronquidos es lo que peor llevo, un truquele es intentar dormirme antes que él, pero si no es el caso, los clásicos chasquidos anti ronquidos son infalibles, junto con alguna mini patada ya cuando no puedes mas!!!

    • Marta G.

      con los ronquidos se desvela si es amor verdadero….si sobrevive la noche y has controlado las ansias de estrangularle lo es! jejeje gracias por escribir! un besito!

  15. ajajjajjajjajjajajjajajjajja

    Madre, cómo me he reído….

  16. No es tan maravilloso lo de dormir acompañado. Lo único bueno es lo que pasa antes y lo que pasa después.

    • Marta G.

      gracias por tu comentario! 🙂

  17. Jejejeje
    Tras algún tiempo durmiendo sola, puedo decir que aunque tiene su lado romántico, no hecho de menos esos ronquiditos tan molestos, esos tirones de sábana, o esos abracitos con el que los chicos creen que nos complacen, pero que a mí lo que me sucede es que no me dejan conciliar el sueño…..
    ¿Me estaré volviendo rara? Ya me lo dice un amigo, las personas que viven solas cada vez se vuelven mas raras….. 😉

    • Marta G.

      jejejejeje no creo que las personas q viven solas se vuelvan raras pero si se acostumbran a algunas cosas que, cuando vuelven a estar en pareja, les cuesta más compartir…pero vamos, que sarna con gusto no pica y, si vuelves a enamorarte seguro que ya no te importan tanto las peleas entre sábanas 🙂

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