Quiero dar amor

Una lectora nos regala esta maravilla de reflexión sobre las relaciones, la soledad, la búsqueda de pareja o los celos.

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by Amanda

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A veces tengo un nudo en el pecho. No sé por qué tiene que estar ahí. Solo se va cuando estoy enamorada. Y no sé si es que me siento dependiente y tengo miedo a perderme diluida en los brazos del amor sin haber experimentado la vida en todo su esplendor.

He pasado los últimos años de mi vida amarrada a un hombre. Y en el fondo, lo he hecho porque me ha apetecido. Porque necesitaba llenar ese vacío que se queda cuando echo a alguien de mi corazón. Y el vacío es aun más doloroso ahora que sé que la persona que siempre he creído que lo llenaría, no lo quiere. No me quiere. No soy suficiente para él, nunca lo he sido.

Me quiero ir de aquí, lejos. Quiero esconderme en un gran bosque y vivir desnuda para siempre. Sin importarme nunca más si soy fea o guapa, o si tengo más o menos chichas. Siempre he gustado a los hombres, como todas las mujeres. No creo que ninguna mujer que sea consciente de su poder pase “hambre”, pero no es hambre lo que me acecha en la noche, es vacío. Es sensación de que podría estar alabando al Universo compartiendo mi energía y mi amor con alguien, y no lo hago. Quiero dar amor, tengo mucho para dar. Y no es que me sienta sola, me encanta estar sola. Es cuando realmente conecto conmigo misma y escribo y escribo y escribo….
Y cuando me quiero dar cuenta, el vacío también ha ido cerrándose, qué curioso. A ver si es que tenemos la maldita manía de volcar en el amor y las relaciones todas las sensaciones que nos acechan. Es fácil que estén los niños para echarles la culpa de todo…

Yo me pregunto, ¿¿a que viene que el amor sea tan doloroso?? Pues creo que la respuesta es mucho más sencilla de lo que podamos imaginar. Nuestra naturaleza, nuestro instinto nos pide que tengamos pareja y que procreemos como monetes. En realidad, esa es nuestra función en la vida. Si todos los seres de la Tierra tienen clara que su función en la vida es la de alimentarse, crecer y reproducirse… ¿por qué nosotr@s vamos a ser distint@s? Meterás los matices que quieras, pero si te centras en la manera más simple de ver la cuestión, es esta. Que la gente suele ser más feliz teniendo una familia. Yo tengo claro que quiero una familia. Pero tengo 32 años, y nadie me quiere… Eso es lo que mis sensaciones me dicen, pero en realidad, eso no es verdad. Me quiere un montón de gente, y tanto que me podría salir por las orejas, eso es maravilloso!!!!!! Y tengo bastantes pretendientes… En realidad, no me quiere quien quiero que me quiera. Un tópico típico de la poesía, la novela y cualquier tipo de literatura.

Y entonces, ¿ya está, subnormala?? ¿¿Porque un gañan no te quiere tú vas a estar jodida?? ¡¡No puede ser!!
Abre los ojos ante la maravilla de mujer que eres, que tu trabajo te ha costado. Y has estado a punto de perderte la oportunidad de vivir por apostar en lo que creías que era lo mejor. Si no ha salido bien, pues mala suerte… o no!! ¿¿Por qué tiene que ser mala suerte?? A lo mejor la vida te está encaminando para que vivas todo lo que has vivido después. Échale cojones a la vida, como has hecho siempre, y demuéstrate a ti misma que puedes… Como siempre, Espartana!!!

Y si quieres respuestas, citando a Robert Dilts:

Nivel espiritual. Es el nivel más profundo, donde consideramos y revisamos las cuestiones trascendentes. La conexión con los demás seres vivos y lo que puede estar más allá de nuestro ser. Puedes considerarlo espiritual o no. Pueden ser creencias religiosas o una filosofía personal. Es representado por la pregunta: ¿Para qué?
Identidad. Es el sentido básico de nosotros mismos. Nuestra misión. Es representado por la pregunta: ¿Quién?
Creencias y valores. Los valores son distinciones para todo aquello que es importante para nosotros. Las creencias o convicciones son las ideas que pensamos que son verdad y empleamos como base para la acción diaria. Es representado por la pregunta: ¿Por qué?
Capacidades. Es el conjunto de habilidades y estrategias que empleamos en la vida. Es representado por la pregunta: ¿Cómo?
Comportamientos. Son las acciones específicas que llevamos a cabo. Es representado por la preguntas: ¿Qué? y ¿Cuál?
Entorno. Es el ambiente que nos rodea. Es representado por las preguntas: ¿Quién? ¿Cuándo? y ¿Dónde?
Busca tus propias respuestas, ¡¡es la única manera de ser libre!!

No nos equivoquemos. Aunque el amor es el sentimiento más objetivo que existe, está cargado de condicionantes. Cuando una es adolescente aún no lo sabe, pero si que es verdad que ese amor desgarrador y pasional, destructor de autoestimas y de conceptos sobre una misma…. Ese amor tan brutal que se siente con todo el subidón de hormonas, gracias al Universo, no se repite. Ningún amor se repite, todos son distintos. Cada relación, cada persona es distinta, pero tú también lo eres. Nos influyen mil cosas, desde la religión y los tabús morales a la percepción que tenemos de un@ mism@. Y como, si estás viva, éstos conceptos cambian, nunca sentirás lo mismo dos veces. Incluso, muchas veces ocurre que se puede amar de distintas maneras a una misma persona. Cuántas veces no hemos oído o vivido esa triste situación en la que te das cuenta de que la pasión que diferenciaba tu relación de pareja con la de un amigo íntimo ya no existe. Mi Mamá dice que las relaciones son como la hierba, cuando empiezan a crecer, todas parecen iguales. Pero, con el tiempo, se puede diferenciar cuál de ellas es la mala hierba que le quita nutrientes a la que si te va a dar fruto.
Debemos ser conscientes de nosotras mismas, de nuestro mundo, de nuestra valía antes de poder embarcarnos en la aventura  de las relaciones. Porque no se puede compartir sin tener nada para el trueque. Crea tu propio mundo, y defiéndelo, porque ahí es donde vive tu identidad. ¿Te suena eso de que el amor es ciego? Pues, yo creo que (como lo del concepto de la Virgen María)  es un error de traducción. El amor te vuelve ciega. Te atrapa. Te hace perder el norte. Te hace sentir lo mejor y lo peor de la vida. El amor es la clave a nuestro potencial interior. Aplícalo todo lo que puedas, y recuerda, que para odiar algo, antes has debido amarlo con toda tu alma. ¿Ves lo poderoso que es?

Una relación debe ser equilibrada, en el sentido de que son dos mundos que se acercan, se aman y se comparten. Si uno de los dos mundos deja de existir, entonces una de las partes de la relación está siendo anulada. No te engañes, dejar de ver a tus amig@s o que tú le pidas a tu pareja que no tenga amistades, no es sano. Pero ni para tu pareja ni para ti. De nuestra unión con nuestra pareja debe nacer un tercer mundo, el mundo de l@s d@s. Nace de tener cosas en común con nuestra pareja, aficiones. Debemos buscar los vínculos. Una relación no se mantiene con el amor del primer día. Ese amor es el que anhelas durante toda la relación. Nos volvemos yonkis de la sensación eufórica del principio. No te pierdas, tu objetivo debería ser, como siempre, el de sentirte feliz. Y si eso implica hacer sentir feliz a la persona que tienes a tu lado, ¡pues maravilloso!
Muchas veces nos dejamos llevar. Porque a todas nos encanta que nos regalen la oreja, sentirnos guapas, deseadas y princesas. Pero debemos buscar esa sensación en nosotras mismas, porque en el momento en el que te dejas llevar por la falsa calidez que te dan los elogios de los demás, estás perdida. Nunca conseguirás ser independiente de verdad, por mucho dinero o carrera o trabajazo.  Si necesitas que los demás te reconozcan constantemente para que tu autoestima se mantenga a flote, entonces tendrás la peor de las dependencias: la psicológica.

Ámate, porque eres única en el Universo. Quiérete porque eres la más bonita de las casualidades. Cuídate, porque sabes bien que nadie lo hace tan bien como tú. Tienes el potencial del Mundo en tus genes y la energía de la Vida corriendo por tus venas. Si eres capaz de amarte, si eres capaz de respetarte, no habrá persona en el Mundo que se resista a tus encantos. Porque no hay nada más bello que una mujer que es capaz de sentir su energía y su poder, ¡el poder de dar la vida!

Es evidente que nunca tenemos una personalidad completa. Debemos asumir que las personas solo cambian si tienen voluntad de ello, pero nunca por imposición. Asume que jamás vas a conseguir que tu pareja cambie; para empezar, no es justo. Tú conociste a esa persona como era, debes amarla/e como es. Sin intentar cambiar nada. Otra cosa es que hablemos de un conflicto que tenga tu pareja y que de su interior nazca el deseo de cambiar. Pero, ese cambio, probablemente, llevará años.  No es nada fácil cambiar actitudes adquiridas por medio de la repetición durante toda una vida… Así que, teniendo en cuenta que cada uno tiene su ritmo, no andes detrás de tu pareja exigiéndole/a ese cambio… ¡Que eso no es justo! Debemos respetar el tiempo de aprendizaje y adaptación de cada uno.

Cuidémonos mucho de andar juzgando, respeta su mundo, no tienes por qué compartirlo. Déjala/e que se explaye un poco. Y si tienes miedo de que te sea infiel…
Vamos a ver: ¿¿sois felices junt@s?? Si la respuesta es sí, entonces, ¿de qué te preocupas? ¿Qué te crees? ¿Que es fácil encontrar a alguien como tú que conecte tan bien con esa persona? Que no te ciegue el amor, que si tu pareja está contigo es porque te quiere. Y si tienes dudas, trabaja un poquito más en tu relación. ¡Crea más vínculos! Pero no te dejes conspiranoiar (palabro de mi invención), deja ya de darle vueltas. Confía en tu pareja, y si no puedes confiar en él/ella deberías plantearte muy en serio tu relación. Porque sin confianza, no hay nada.
Pero la confianza empieza en una misma!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

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