Volver al rojo vivo

by Isa

Fantasía hecha realidad. A veces nuestra pareja tiene una fantasía fácilmente realizable, ya sea una situación, cierta ropa, etc. ¿Lo primero que tenemos que hacer? Enterarnos de cuál es, evidentemente. ¿Lo segundo? Si le gustaría llevarla a cabo, porque muchas veces puede pasar que tengamos una fantasía que nos guste como lo que es, algo imaginario, pero nada si la llevásemos a cabo. Si la respuesta es afirmativa, a nosotras también nos apetece la idea y está en nuestras manos…¡adelante! Que un día entre en casa y te vea con esa ropa que le excita tanto o que alucine cuando le cojas la mano saliendo de ese bar al que tanto vais y te lo lleves al baño en un momento. Todo esto, por supuesto, teniendo en cuenta que todo lo que implique interactuar con terceros (como es hacerlo en un lugar público) nos puede traer problemas…¿o una historia que recordar?

by Isa

Juguetes eróticos. Tenemos asociados los juguetes con una satisfacción individual pero ¿por qué no compartirlos con tu pareja? No hace falta que sea nada elaborado ni un juguete específico para dos. ¿Sabes ese vibrador que guardas en el cajón de calcetines? ¿O ese con forma de patito que se camufla en tu bañera? Pues el utilizarlo delante de tu pareja puede hacer que los dos os excitéis muchísimo… O ¿por qué no dejar que sea la otra persona la que juegue con él en tu cuerpo?

by Isa

¿Jugamos a las tinieblas? No del todo… Tapa tus ojos o los suyos y ahora disfrutad de lo que esto aporta: no sé dónde estás, qué vas a hacer, no sé dónde me tocarás ahora ni cómo ni con qué o viceversa. Disfruta viendo cómo tu pareja se sorprende y se deja llevar.

by Isa

Tu cuerpo con el mío. Sin aditivos, sin juguetes, sin absolutamente nada más que tú y yo en esta cama. ¿Por dónde empezar? Primero juguemos a desnudarnos el uno al otro, poco a poco, lentamente, sin tocarnos, disfrutemos de lo que vemos, de lo que tenemos delante… ¿Y luego? Podemos besarnos y juntar cuerpo contra cuerpo pero prohibido utilizar las manos… ¿El siguiente paso? Se pueden usar las manos pero nunca tocar los genitales, acariciémonos por todo el cuerpo, acerquémonos a lo prohibido y echemos marcha atrás… El deseo y la excitación van en aumento… Ahora le toca a la boca ser la protagonista, sólo ella puede lamer, besar o mordisquear las zonas que quiera y ¡chan! se abre la veda a los genitales… ¿Ahora? ¡Boca y manos! Pero… espera, ¡que me estoy excitando muchísimo! ¿Sí? Pues volvemos a prohibir las manos… ¡Uf, así me excito mucho más aún! Pues mejor, y a partir de ahora ya puedes hacer todo lo que quieras y desees… Alterna los pasos como quieras, que cada uno de vosotros pueda ir poniendo y quitando normas, disfrutad de vosotros, jugad con vuestro cuerpo, con vuestro deseo y disfrutad del placer.