París monocromática

Maureen nos cuenta lo poco representada que está la población no blanca en el modelo de turismo de París.

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Ilustración de Kry García

París, «ville lumière», ciudad del amor, ciudad llena de personas bonitas, bien vestidas, que llevan béret y se perfuman con chanel N°5 cada día. Y cuando digo «personas» quiero decir personas blancas, claro, porque la ciudad de Paris ha conseguido exportar al mundo entero un retrato lleno de clichés positivos, y ha omitido incluir en su autoretrato la presencia de gentes racializadas. ¡No se puede asustar a les turistas potenciales!

No sé si ya has visitado París pero según mi experiencia las cosas que más sorprenden a les turistas son las siguientes:

  1. Nadie lleva Béret
  2. ¡Cuánta gente negra hay! Cuando une turista llega a la «ciudad del amor» esperando ver personas pareciéndose a las de las publicidades de las marcas francesas de lujos o a personajes de películas de la «nouvelle vague» pues une se siente inmensamente engañade. Hasta podría decir que ve su sueño parisino arruinado.

«Nadie parece francés aquí», le dijo una amiga italiana a mi mejor amiga cuando esta le estaba enseñando la ciudad (lo gracioso es que mi mejor amiga tampoco es blanca, pero es tan cercana que la gente blanca se permite decirle cosas así). Cómo esa italiana pudo detectar la nacionalidad de la gente del metro sólo mirándola a la cara, no lo sé, pero sí sabemos que lo que quiso decir es «¡Cuánta gente de color por dios!». El hecho de que esa gente de color fuera también francesa ni se le ocurrió, porque todo el mundo sabe que francés = blanco ¿verdad?

Esa frase fue dicha por una turista italiana pero traduce muy bien la relación de la sociedad francesa con su gente de color. Les franceses no blanques no somos considerades como franceses de verdad.

Que hayamos nacido aquí o no

Que llevemos 3 ó 4 generaciones aquí o no

Que acabemos de conseguir la nacionalidad o no

Que seamos descendientes de gente esclavizada por Francia en el pasado, y, como consecuencia, poseedores de apellidos típicos franceses (o más bien, cristianos), provenientes de territorios colonizados que todavía pertenecen a Francia, con el título de «regiones ultramarinas», pero que en realidad todavía están gestionados como colonias o no.

Que seamos descendientes de personas que fueron traídas como soldades para luchar en la guerra en primera línea para liberar a Francia del nazismo durante la Segunda Guerra Mundial o no.

Que seamos descendientes de la personas traídas para reconstruir este país, después de la Segunda Guerra Mundial o no

Que seamos la diáspora negra más importante de Europa o no.

Nada de eso importa.

Si no eres blanque nunca estarás considerade como francés, al contrario de les españoles, italianes o polaques que en menos de 2 generaciones pasaron de ser «inmigrantes no deseades» a «franceses de verdad». Este país no nos considera como parte de él y niega nuestra historia común, esa historia de violencia, colonización y esclavitud que hace que ahora seamos parte de su ADN, se acepte o no.

Además, para continuar escondiéndose, enterrando la cabeza en la arena, no se nos representa en ninguna parte y se prohíben las estadísticas étnicas, porque lo que no se ve, no existe. Y cuando por milagro nos incluyen, se nos blanquea, como a Alejandro Dumas, famoso escritor francés, autor de los Tres Mosqueteros, negro de piel clara que fue encarnado en una película por el actor blanco Gérard Depardieu.

Además, sólo nos sacan del cajón cuando se trata de divertir a la población con música y para ganar medallas deportivas para la república. Ahí sí, estamos representades y sí somos considerades hijes de este país. Hasta que hagamos un error, o desmostremos cualquier tipo de rebeldía, en ese momento, volvemos a ser extranjeres.

El resto del tiempo nuestra presencia y nuestras aportaciones a la «historia nacional» están apagadas, borradas voluntariamente. Como cuando al final de la Segunda Guerra Mundial, el General de Gaulle ordenó que los soldades negres fueran sacades de las tropas que iban a entrar triunfantes en París, a pesar de que hubieran combatido y muerto en masa por la liberación del país de sus colonizadores. El general sólo quería que fuesen soldades blanques les que entraran en París, lo cual explica la ausencia de soldades negres en las fotos de las celebraciones de la liberación.

Ahora que sabes todo eso ¿te sorprende que seamos «olvidades» cuando este país promociona su joya mas preciosa, la fuente más grande de sus recursos turísticos, la bella París ?

Para ser honesta, debo decir que no es el hecho de que los turistas estén sorprendides de que haya «tanta» gente negra lo que me molesta, porque si las representaciones de París a las que tuvieron acceso siempre fueron blanqueadas, al final, no es culpa de elles. No, lo que en verdad me molesta es el hecho de que esta «sorpresa» se traduzca negativamente en la cabeza de la mayoría de les turistas, lo que una vez más demuestra la negrofobia generalizada del mundo:

«Nadie parece francés aquí», «¿y no da problemas el tener tanta gente negra aquí», » París ya no es París, ahora es Bamako», «el equipo de fútbol de Francia, ya no es el equipo de Francia, es el equipo de África, jajaja». Estas son algunas frases que mis amigas y yo oímos.

Una cosa es tener que aceptar que el color de tu piel te hace una ciudadana de segunda en tu propio país, pero, encima, tener que aguantar el racismo de les turistas y otros tipos de extranjeres que no saben más de Francia que las baguettes, los macarons y Louis Vuitton, ya es otra cosa.

Sin embargo, hay iniciativas cuyo objetivo es darle visibilidad a las comunidades negras francesas (en plural porque sí hay muchas). Una de ellos es «Le Paris noir/ Paris black walks» que son distintos circuitos turísticos por la ciudad, creados por un guía negro, para resaltar la presencia negra en Francia desde un punto de vista tanto histórico como moderno.

www.blackpariswalks.com

También existe el proyecto «Little Africa in Paris» una guía turistica y cultural (en libro) del Paris de los afrodescendientes, dicho proyecto además es una agencia turística y un medio cultural panafricanista especializado en arte contemporáneo.

www.littleafrica.fr

Así que la próxima vez que vengan a visitar la «ciudad del amor» piensen bien en ennegrecer sus visitas y su percepción de la ciudad, está todo aquí, solo hay que abrir los ojos y la mente (también investigar y preguntar, ya que la característica principal de una historia silenciada es que es más difícil de encontrar).

¿Y tú? ¿Crees que la imagen de la ciudad o del país donde vives refleja de manera honesta lo que es de verdad ?

2 Comentarios

  1. No sé, mi percepción de París es completamente distinta, me fascinó justamente ese cuadro en el metro donde nadie era igual, nadie hablaba el mismo idioma, los rasgos. Es más persegí a una mujer africana cargando a su bebé en la espalda, era un espectáculo para mis ojos. Quizas difiero porque no vivo la cotidianidad de la ciudad y digamos que no soy un turista de lujo. En América latina, y específicamente en Nicaragua, los estereotipos que hay de los latinoamericanos pues igual algunos se cumplen y otros no. Pero cada experiencia es única.

  2. Me declaro fanática de este sitio, pero al respecto de lo que cuentas de París no lo ví de esa manera cuando lo visité (quizas porque yo también soy extranjera o turista, y no soy parte de éstas estadísticas que mencionas) a mí me fascinó justamente eso de la ciudad esa pluridad cultural tan visible, me subí al metro y nadie era igual, mis ojos eran como los de un niño que miraba por primera vez el mundo. Me fascinó ver las mujeres africanas como cargaban a sus bebés en la espalda por las calles de Paría, escuchar toda esa variedad dialéctica que le dan al idioma (lo que hace más rico al idioma). Senghor y sus poemas. Quizas la mía no es una visón diferente desde tu óptica. Pero he leído en este mismo sitio tus recomendaciones literarias. PS: Je suis métisse!

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