No morimos, nos están matando

Ilazki siente rabia e impotencia ante los asesinatos de tantas mujeres día a día. Además de estar convencida de que es un trabajo de todes luchar contra la violencia machista, cree firmemente que en esta normalización de la situación tienen mucho que ver los medios de comunicación (generalistas).


Ilustración: Blanca


«Muere una mujer a manos de su marido en su domicilio», «Muere una mujer en Valencia acuchillada por su marido, que se ha suicidado»… y no sigo porque se me encoje el corazón y me duele todo el cuerpo sólo de pensar en estos feminicidios. Son sólo algunos de los titulares de diferentes periódicos que se han publicado este año. Por desgracia, de noticias que estamos hartas de leer y escuchar. Nos duelen, nos hacen sentir inseguras, con miedo.

Pero me quiero centrar por un momento en el lenguaje. ¿Morimos? ¡Claro que no! Nos están matando, asesinando. Somos testigos de feminicidios que se tratan en la sección de sociedad de los periódicos, en vez de en la sección de política. Y eso, ¿por qué? Porque aún relacionan la violencia machista, los feminicidios, con lo privado, con lo que ocurre en casa. Eso que tiene que ver sólo con las mujeres. Sí, y claro que tiene que ver con las mujeres, porque es a nosotras a quienes nos están matando día a día. Pero ya estamos hartas de estar escondidas, de mantenernos en casa, en la privacidad. Nos ha llegado la hora de salir a la calle, ocuparla y hacerla nuestra. Por cada una de nosotres, por cada une de les que han matado.

Pero, ¿cómo podemos conseguir que los medios de comunicación traten estos temas como se debe desde el enfoque adecuado? Sin tener que leer que «el novio era un buen chico», que el vecino o la vecina de toda la vida «jamás se hubiera imaginado que sería capaz de hacer algo así»… todos esos «añadidos» a la noticia, sobran; quitan importancia a lo ocurrido. Se centran en dejar bien al asesino, en vez de centrarse en el problema que hay detrás: la punta del iceberg del machismo que vivimos día a día, es decir, el feminicidio. Nos matan por ser mujeres, así de dura es la situación. No es ficción, es la insoportable realidad.

Es una de las consecuencias más graves del patriarcado, de las políticas económicas y sociales, de la sociedad heteropatriarcal. Es la punta del iceberg.


Fuente: Amnistía Internacional Madrid


En este «iceberg» se ve claramente que la punta es el asesinato, pero, antes de eso hay muchas formas en las que el machismo actúa y a las que se les quita importancia: el lenguaje sexista, la invisibilización de las mujeres en todas las áreas profesionales, la invisibilización de las tareas de cuidados realizadas por mujeres (porque, cuando las realizan los hombres, se les alaba por «ayudar en casa»), etc. Es imprescindible que, desde los medios de comunicación se condenen este tipo de situaciones, ya que, la opinión pública se va formando con lo que lee en los periódicos y medios digitales, lo que escucha en la radio y ve en la televisión.

Si queremos una sociedad más justa y más libre para todes, debemos empezar desde lo más hondo de la pirámide. Cambiando nuestros comportamientos, actitudes y maneras de entender a las mujeres (en el caso de los hombres) y de entendernos a nosotras mismas. Porque sí, nosotras también estamos impregnadas de la sociedad machista en la que vivimos. Muchas veces aceptamos situaciones que no deberíamos porque pensamos que somos nosotras las que nos sentimos mal «por tonterías», «que tenemos que entender que eso es normal». Por poner un ejemplo: el humor sexista no es una tontería, no es que seamos unas amargadas por no reírnos. No hace gracia, nos están maltratando y no lo vamos a consentir. Reenviando estos chistes sexistas por whatsapp, somos parte del problema.

En este cambio de perspectiva, de entendimiento, los medios de comunicación tienen un papel clave. Desde el momento en el que reproducen roles estereotipados y la sociedad los asume como realidades, reproduciéndolas es necesario que se den cuenta de lo importante que es dejar de hacerlo y reflejar unos valores reales, de personas reales y de luchas necesarias.

Entre todes, debemos cambiar la forma de enfrentar el machismo: no queremos chistes sexistas, ni que opinen sobre nuestros cuerpos cuando vamos por la calle, ni que nos invisibilicen en las charlas o libros de textos, ni que nos culpabilicen por ir con escote o por ir borrachas; queremos ser libres y para ello necesitamos un cambio de todes. Un cambio de los medios de comunicación, de los hombres, de las mujeres, de los políticos, de todo. ¡Porque no morimos, nos están matando!

 

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