La sexualidad no tiene edad

¿Se puede tener sexo en la tercera edad? ¿La sexualidad tiene una fecha de caducidad? Detrás de estas preguntas no se esconden más que mitos. Marta, una de nuestras sexólogas, los desmonta.

Ilustración: Qam
Ilustración: Qam

 

Hablamos de si una persona es muy joven o demasiado mayor -no hay termino medio- para empezar a tener relaciones sexuales porque “yo a su edad no me había dado ni un beso” o “a esa edad si no ha tenido relaciones ya no las va a tener nunca o le va a resultar difícil”.

Juzgamos a una persona si su vestimenta no va acorde a lo que su edad determina porque “ya serás mayor para ponerte eso” o “ya no tienes edad para vestirte como si tuvieses veinte años”.

Está socialmente aceptado que un hombre mayor tenga una relación con una mujer bastante menor que él pero se mira raro a la mujer que conoce a un hombre al que sobrepasa en muchos años. ¿Y si la pareja es homosexual? Aquí la sociedad no juzga tanto su edad pero, sencillamente, porque lo hace por muchas cosas más.

El proceso de una persona transexual se tacha de “locura” cuando es alguien que se considera muy joven y parece una “excentricidad” si se da con una edad avanzada. Qué caprichos más raros tiene la gente…

¡Bufff! No estoy de acuerdo con absolutamente nada de lo anterior. Son prejuicios, ideas preconcebidas, mitos y mierdas -perdón, que me enciendo- que se nos han inculcado y, a pesar de ello, tengo que reconocer -todes tenemos que mirarnos un poquito hacía dentro para comprobarlo- que alguna vez he caído en ello. Alguna vez he juzgado, comentado e incluso me he mofado por algo de lo anteriormente citado. Y lo siento. Lo raro sería que formando parte de una sociedad enferma seamos totalmente inmunes a ella.

La sexualidad en la llamada “tercera edad” es algo que también se lleva su parte. Parece que se considera que el sexo es para gente joven, vigorosa y que tiene una fecha de caducidad. A partir de determinada edad si lo haces, no lo cuentes.

Me sorprende la capacidad que tenemos de desexualizar a determinadas personas. La reacción de casi todo el mundo si le planteas que sus padres, por ejemplo, tienen relaciones sexuales es un claro “¡puaj! Mis padres no hacen esas cosas”, y ya si nos referimos a los abuelos, apaga y vámonos. Pero a nosotres nos gusta practicarlo, disfrutarlo y recrearnos. Somos unes hipócritas.

El tabú del sexo, el no vivirlo como un aspecto más de nuestra vida -que lo es-, las vergüenzas, miedos y mitos alrededor de él no ayudan nada a tener una idea de sexualidad positiva y sana y por eso hay temas que directamente se obvian y no se tratan porque parece que incomodan.

¿Hasta cuando puede una persona ser activa sexualmente? ¿Cuál es el límite? ¿Existe un rango de edad en el que nos convirtamos en seres asexuales biológicamente hablando? ¿Va a venir un día alguien y me va a quitar el “carnet del sexo”? -no, por fa, por fa, no-. Nuestra sexualidad es una romántica y no nos abandonará “hasta que la muerte nos separe”, si no la abandonamos nosotres antes.

Con esto no quiero decir que todas las personas “mayores” tengan una vida sexual activa, placentera y entretenida, sólo que si sus cuerpos y su cabeza les dejan, pueden tenerla. Escribo “mayores” así, entre comillas, porque como bien decía Einstein “el tiempo es relativo” y no seré yo la que se atreva a poner una edad fijada aunque a partir de los 60-65 te hagan descuento en algunos sitios.

Evidentemente con el paso del tiempo el cuerpo va cambiando, la menopausia y la andropausia llegan con sus “maletas”, cuesta más conseguir una erección, mantenerla y la eyaculación pierde intensidad, cuesta más la excitación, la lubricación y la vagina pierde elasticidad y blablablabla. Pero nada de esto es el fin. La manera en la que vivamos nuestra sexualidad en nuestro futuro se verá marcada por la actitud que hayamos tenido ante el sexo a lo largo de nuestra vida. Por eso tenemos que conocer nuestros cuerpos y no aferrarnos a los “achaques” si aparecen sino sobrepasarlos, sortearlos y seguir disfrutando del camino porque ¡menudo camino!… ¡Oh!

La sexualidad está por todas partes, en nuestro cerebro, está en nuestra piel, porque un beso siempre será un beso, porque una caricia no se ve interrumpida por una arruga, porque nuestros cuerpos se crecen con el deseo y siempre que lo tengamos podremos disfrutarlo tanto a solas como acompañades.

Y con esto llegamos a otro punto que parece aún más tabú -si eso es posible- y es que si ya se da por hecho que durante la vejez las relaciones sexuales brillan por su ausencia, ni digamos la masturbación. ¡Qué imagen! ¡Qué horror! Una persona dándose placer, disfrutando de sí misma, generando endorfinas, sintiéndose mejor, viendo las cosas de manera más positiva… ¿pero qué invento es este? ¡Indecentes!

Ojalá todes seamos indecentes hasta que muramos. Ojalá disfrutemos de una sexualidad sana y placentera cada día de nuestra vida y ojalá consigamos acabar con los mitos creados respecto a la edad que, al fin y al cabo, no deja de ser un constructo social más.

Porque, si no supieses tu edad, ¿cuantos años dirías que tienes?

 

1 Comentario

  1. Estoy totalmente de acuerdo. Mientras una este viva debe disfrutar de sexo.
    Me gusta mucho tu proyecto. Besos

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