Y se casaron y comieron perdices… Matrimonios literarios.

Abel realiza un pequeño -pero intenso- recorrido por algunas obras literarias tremendamente conocidas, mientras reflexiona sobre los matrimonios, las bodas, los amores y los finales (no-tan) felices.


Ilustración: Conchi G.


La literatura clásica siempre ha tenido en muy alta estima al matrimonio, quizás como único final posible para que sus protagonistas llegasen a su máxima plenitud, a esa felicidad duradera a la que llegan los amores imposibles y apasionados cuando por fin, después de miles de desventuras, el amor romántico triunfa.

A veces pienso que sería interesante seguir con la historia y observar cómo, por ejemplo, «la Bella y la Bestia» convivirían juntes, con los presumibles problemas de “control de la ira” que albergaría él -un tipo que no es capaz de aceptarse a sí mismo, con poca autoestima y con un humor de perros. O también,  el rey protagonista de «la Bella Durmiente», que en la historia original de Giambattista Basile, al fracasar en su intento de despertarla, la viola y la deja embarazada de gemelos, todo esto durmiendo en un plácido sueño. Madre mía.

Y así me imagino la historia que empieza con el fin de los cuentos, con los príncipes y reyes saliendo a cazar y  hacer la guerra, maltratadores en potencia en una vida que no albergaría nada halagüeño para las princesas protagonistas, en un reino no muy lejano de corte patriarcal.

 

Pero el amor es ciego, apasionado y lleno de secretos. ¿Quién no ha enloquecido de amor? Cuando hablamos de ello, a todes nos viene a la mente historias como «los amantes de Teruel» o la universal  «Romeo y Julieta», de William Shakespeare.

«El amor es un humo que sale del vaho de los suspiros; al disiparse, un fuego que chispea en los ojos de los amantes; al ser sofocado, un mar nutrido por las lágrimas de aquellos; ¿qué más es? Una locura muy sensata, una hiel que ahoga, una dulzura que conserva.» Romeo y Julieta.

 

 

De sobra conocido es el argumento de dos familias enfrentadas y dos enamorades que se juran amor eterno que se casan en secreto. Siempre está bien echarle un vistazo a este clásico entre los clásicos, ya sea leyendo el genial texto de Shakespeare, yendo a verla al teatro o acercándose a alguna versión cinematografiara (en la mente para la posteridad queda la versión de “Romeo + Juliet”, con unes jovencísimes Leonardo Di Caprio y Clarie Danes – la de Homeland-, no porque sea demasiado buena, sino por las pasiones que desataron a mediados de los 90).

Otra tragedia amorosa llegada también del teatro, mucho mas moderna, es la genial Bodas de Sangre, de Federico García Lorca. El primer gran éxito del autor, basada en hechos reales acontecidos en la época, trata sobre un triángulo amoroso protagonizado por una pareja a punto de casarse y el antiguo novio de la futura esposa.

¡Ay qué sinrazón! No quiero
contigo cama ni cena
y no hay un minuto del día
que estar contigo no quisiera,
porque me arrastras y voy,
y me dices que me vuelva
y te sigo por el aire
como una brizna de hierba.”

 

 

Con bastantes puntos en común con Romeo y Julieta, se tocan temas como la venganza, la pasión, el honor y la muerte.

Para terminar, otra historia trágica que empieza con una boda y termina con una muerte (no hago spolier, lo hace el autor en el propio título) seguimos con Crónica de un muerte anunciada, de Gabriel García Márquez. Novela corta, fácil de leer y de original e impecable estructura que narra los hechos acontecidos después de la boda entre Bayardo San Román, un hombre rico de un pueblo caribeño, y Ángela Vicario. Los problemas surgen cuando en la noche de bodas, Bayardo comprueba que Ángela no es virgen y la  devuelve a casa de sus padres, donde sus hermanos planean la venganza contra el hombre que creen que terminó con la honra de su hermana.

 

 

Para mí este libro cuenta con uno de los mejores comienzos de la literatura universal:

“El día que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo.”

El matrimonio, institución que de manera clásica ha supuesto el yugo de la mujer, la manera de controlarla y de someterla, encuentra en la literatura un reflejo siempre fiel a la sociedad coetánea, aportándonos ejemplos vívidos y artísticos.

Príncipes azules y princesas sometidas.

Otros tiempos. ¿O no?

 

3 Comentarios

  1. L amore romantico sei solo tu ! Bello il bacio del principe !!

  2. Solo se si incontra l amore vero si è pronta a tutto ed io aimè lo incontrai solo adesso ! Con precisione 3 0 3 2015 nelle ore pomeridiane alle ore 17 ,30 e da li mi sono ricreduta sulla mia stessa libertà !

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