Gorda, linda y feliz

¿Cómo consigue una chica gorda olvidar la opresión estética generalizada y aprender a amarse de verdad? Esta Frida nos cuenta su experiencia.


Ilustración: Mitucami Mituca


El otro día leí un texto en internet que decía que la mujer no tenía que ser linda, que ese no es su objetivo, y que no es un requisito para ser feliz.

Bueno, creo que lo que no es cierto es establecer lo que es ser linda. Lejos de una discusión filosófica, quiero aquí hablar un poco de eso, de ser una gorda feliz y linda.

Siempre estuve fuera de los patrones sociales de ser delgada y por lo tanto, bella para el mundo. La opresión estética y el sentimiento de reproche me llevaron muchas veces a tener el deseo de “alcanzar” un cuerpo aceptado y aprobado por la sociedad, ya que, desde que nací, estoy lejos del arquetipo de mujer delgada. Estar excluida de esa clasificación me llevó, en muchas ocasiones, a sentirme oprimida, triste e inconforme con mi propio cuerpo. Siempre estuve por encima del peso “ideal”. Aún así, fue apenas cuando me convertí en una adulta que escuché: «¡Eres obesa!», y sentí dentro de mis entrañas lo que pasaba con quien estaba fuera de los prototipos de belleza en las relaciones sociales cotidianas.

En mi depresión, empecé a buscar a personas como yo, por internet, colectivos feministas que mostraban a otras mujeres que eran gordas y vivían lo que yo vivía: tener un cuerpo gordo en una sociedad delgada.

En poco tiempo fui conociendo muchos espacios que hablaban de la resistencia y el poder de la mujer gorda, así como a otras mujeres que buscaban la aceptación de sí mismas, a través de otras gordas.
Entender esa discriminación me impulsó a la búsqueda de conocimiento y actitudes que podrían empoderarme y así, aceptar mi propio cuerpo tal y como es.

Con todo, en mi cabeza, todavía existía la resistencia a sentirme guapa. Pensaba: «¿Aceptarme, todo bien, pero sentirme linda? ¿Cómo?» Si todo a mí alredor me decía lo contrario, que para ser linda debería estar delgada, tener un cuerpo escultural, y muchas otras exigencias que vemos en la tele o por la calle.

Con esos contactos, resolví cambiar, y ver, oír y hablar con personas que buscaban lo mismo que yo: un nuevo patrón de belleza, en el cual, lo que importase fuese estar bien conmigo misma, y que lo más importante fuese verme bien, aunque fuera distinto a lo que imponían en mi mente sobre lo que es ser bella.
No es fácil, y no es algo que cambie de una hora para otra, o simplemente algo que conquistas y listo. No, para mí, ha sido una conquista diaria, de construcción, de saber seleccionar, de conseguir mirarme al espejo y decir para mí: «Yo soy diferente del patrón, pero Linda, soy una mujer inteligente que ha percibido esa imposición social y que no puede dejarse llevar por una idea que quiere que me vea mal, deprimida y que tengo que estar en busca de un cuerpo inalcanzable, para ser feliz».

Nada de eso, quiero ser feliz, quiero sentirme bien con lo que soy. Y yo soy Gorda, por lo tanto el primer paso para conseguir lograr mi aceptación es conociéndome: ¿quién soy? ¿Cuál es mi relación con mi cuerpo? Y no esconderme y tener vergüenza de hablar sobre mí. Muy al contrario.

Leyendo una declaración en una página de facebook de un colectivo feminista de mujeres aquí en Brasil, me paré a pensar sobre mi vida. Siempre estuve fuera de los patrones, siempre pasé por humillaciones, constreñimientos y siempre estuve buscando amarme y aceptarme, pero cada día que pasaba se ponía más y más difícil. Estaba cansada de tener que lidiar con esos sentimientos, sin conocerme, sin saber que no estaba obligada a aceptar ese patrón social. Entendiendo todo eso que me hacía sufrir, podría escoger no querer eso para mí y ser una revolucionaria, una mujer feminista que rompe con las reglas, modelos y se acepta como es.

Mirad qué transformación más hermosa que conseguí dar a mi vida. Empecé a leer desesperadamente sobre patrones de belleza, feminismo, opresión estética, gordofobia, y a charlar con personas que sufrían como yo.

EL año pasado -2015- participé en la selección para los estudios de doctorado en cultura contemporánea en una Universidad pública aquí en Brasil –UFMT- con la propuesta de estudiar Gordofobia con mujeres, y aprobé. Qué fuerte todo esto; acabé por “legitimar” mi lucha contra la gordofobia, con la intención de entender con profundidad el tema y usar ese conocimiento a mi favor.

Conozco a muchas mujeres gordas que todavía no llegaron en ese proceso de revolución contra el patrón ilusorio de belleza en este mundo, y veo sus sufrimientos, tristezas y vergüenzas, exhaustas por intentar adelgazar, mantenerse delgadas, ser aceptadas, entrar en un pantalón talla tal, justamente como yo era algunos años atrás. Es curioso, porque yo lidiaba muy bien con mi cuerpo gordo en relación a los demás, pero conmigo misma no tenía mucha habilidad para no sufrir con esa imposición social insoportable.

Quiero contar todo eso que pasó conmigo, porque es empoderador conocer a alguien que consiguió dar la “vuelta a la tortilla”. Yo misma leí un día una declaración que hablaba exactamente de eso, y me ayudó mucho. Yo también quiero hablar de mí y mostrar que sí es posible, que quien manda en nuestro cuerpo somos nosotras y que lo más importante en esta vida es poder ser feliz; y necesariamente para ser feliz, necesitamos aceptarnos y aceptar nuestro cuerpo.

Cuando lo aceptamos nos sentimos: Lindas. Sí, Gordas, Lindas, Hermosas y Felices, eso es lo que somos.

Maria Luisa Jimenez Jimenez, brasileña, gorda y feminista. Filósofa por la UNESP, máster y doctoranda en Estudios de Cultura Contemporánea por la UFMT, estudió a las empleadas domésticas a través de sus hábitos diarios y sus consumos alimentarios y ahora en el doctorado propone estudios sobre la Gordofobia: su lugar social en el cuerpo gordo femenino dentro de la sociedad contemporánea, en primera persona.
Tiene una página en facebook que discute ese tema: https://www.facebook.com/corpogordolindo/

Email para contacto: [email protected]

3 Comentarios

  1. Parabéns a Maria Luisa por seu projeto. De fato, é um tema contemporâneo que carece de reflexão séria.
    Um abraço

  2. Me encantó pienso exactamente igual , estoy en el camino del empoderamiento y es algo muy maravilloso. El hecho de verte al espejo y verte linda ,sexi, bella es una de las experiencias más maravillosas

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