SEX, punk y cultura under

Si hablamos de estilo, la década del ’70 fue una de las más rupturistas del S. XX. Allí surgió el movimiento punk. Hoy hablaremos de una de sus referentes: Vivienne Westwood.


Ilustración: Basura Especial


La palabra ruptura nos inspira mucho. Las mujeres somos apasionadas y muchas veces buscamos romper con aquello que nos ata, que nos impide ser libres o que nos limita y nos acomoda en una caja de cuatro paredes en la cual todo está determinado. Las rupturas pueden verse en la política, en el arte, en las actitudes cotidianas. También en la vestimenta. Y la década del ’70 fue, tal vez, una de las más rupturistas del siglo XX, naciendo en ella un movimiento del cual ya hemos hablado: el punk. Dentro del punk encontramos a una diseñadora genial, increíble e inspiradora para todas en miles de sentidos: Vivienne Westwood. ¿Sabés algo de ella?

Para comprender mejor el trabajo y el legado históricamente rupturista de Vivienne es necesario que nos sitúemos correctamente en el tiempo y en el espacio. Nos ubicamos en la ciudad de Londres en 1970, uno de los centros de la moda y de la cultura en general. Capital de capitales, esta ciudad siempre representó frente a la clásica París una vuelta de tuerca que imponía formas novedosas de arte, de performances y también de moda. La moda londinense, si bien fue respetada a nivel mundial, siempre escapó de los cánones clásicos, elegantes y sofisticados de Francia. A esto debemos sumarle en 1970 un contexto que ya venía heredado de la década anterior cuando los movimientos juveniles y de hippies habían dejado marca en la concepción cultural: ese escape permanente a las imposiciones adultas, a las instituciones tradicionales y la ruptura pacífica pero llena de ideologías con todo lo que representaba un mundo viejo y acartonado.

En el Londres de los ’70 se respiraba un aire nuevo, sin embargo, luego de varios años de intentar trascender con su mensaje de paz y amor, de oposición a la violencia y de alegría y color, el mundo hippie comenzó a desgastarse. La masividad de la década anterior comenzó a perderse y lentamente aparecieron expresiones que criticaban la inocencia e ingenuidad con la que los hippies habían entendido la dura realidad que rodeaba al mundo occidental. Guerras por allí y gobiernos de derecha por acá sirvieron para acrecentar en los jóvenes sentimientos de resignación, de bronca y de desilusión. La paz y el amor ya no servían para nada. Demostrar el enojo iba a ser, al menos, más sensato.

Así es que nace, en términos generales, el punk en Inglaterra y con él todo un estilo personal que diferenció claramente a sus seguidorxs. Entre lxs líderes de estas nuevas formas culturales y de mentalidad podemos mencionar a varixs, algunos músicxs, otros pensadorxs, también diseñadorxs y ahí es donde aparece Vivienne Westwood, nuestra protagonista rupturista del mes.

Vivienne nació el 8 de abril de 1941 en la actual región de Derbyshire. Perteneció a una familia trabajadora que no podía costear grandes lujos y es tal vez ahí donde la mentalidad emprendora e imparable de Vivienne comenzaría a desarrollarse. Cuando fue joven, comenzó lentamente a meterse en el mundo del arte londinense y desde allí estableció relaciones cada vez más intensas con muchos personajes famosos que le sirvieron de inspiración y con los cuales trabajó por mucho tiempo.

Una de las relaciones más importantes e influyentes en la vida, pero también en el estilo de Vivienne Westwood, fue la que mantuvo por años con el empresario, artista y diseñador Malcom McLaren. El amor, la pasión y la coincidencia en intereses estéticos e ideológicos fueron razones suficientes para que la pareja se constituyera en una unidad y comenzara a ser reconocida en los espacios culturales under como la novedad a descubrir.

Ambos abrieron en 1974 un pequeño local en una zona céntrica de Londres al que llamaron «SEX» y que fue variando sus nombres al pasar el tiempo. En él vendieron prendas en una escala limitada. Nunca trabajaron masivamente una misma prenda, sino que cada una de ellas llevaba un arduo proceso de diseño y creación que las volvía únicas. Así buscaban romper con el concepto de moda tradicional y consumista. Lentamente, SEX se convirtió en un reducto, un espacio de culto y lugar obligado para todxs lxs seguidores del punk que fueron viendo en Vivienne una de las más claras exponentes.

Los diseños de nuestra protagonista resaltaban porque utilizaban todo aquello que era mal visto o tabú en la sociedad general. Inspiradas en la vestimenta de prostitutas, en la ropa sadomasoquista, con mucha presencia de cuero, de tachas, de manchas, tajos, roturas, filos de navaja y pinchos, cada prenda creada por Vivienne era un universo diferente.

Sin duda, ayudó a su reconocimiento la profunda relación que ella y McLaren mantuvieron con la banda epítome del punk de los 70, «The Sex Pistols». Mientras él hacía las veces de mánager de la banda, Vivienne se encargó de vestirlos y diseñar su estilo, convirtiéndose entonces, en gran parte, en el alma detrás de la música.

Vivienne nunca fue una mujer que pudiera someterse a los parámetros o pautas de la cultura masiva y así, años después de debilitado el punk, siguió creando desde su casa de diseño fabulosos vestidos y prendas que aún resaltaban entre lxs diseñadorxs más jóvenes. Durante los ’90 lanzó colecciones inspiradas en el romanticismo, llenas de color y extravagancia, cuando las pasarelas mostraban diseños minimalistas y mujeres escuálidas.

Es por esto, por su trabajo, por su influencia y por su permanente interés en romper con lo establecido, en un mundo tan rico pero a la vez frívolo como el de la moda, que Vivienne Westwood es hoy nuestra elección para acercarnos un poco más a la idea de rupturas.

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