Trabajando mi suelo pélvico

Lola, nuestra doctora, nos habla de la incontinencia urinaria y de los ejercicios para prevenirla y trabajar el suelo pélvico.


Ilustración: Caribay


Dice el dicho: «como te ves, me vi y como me veo, te verás». Comienzo con este refrán para llamar la atención sobre un problema cotidiano en las mujeres y que, en muchas ocasiones es tratado como un mal menor, cuando en realidad tiene un impacto sobre el estado psico-físico y social considerable: la incontinencia urinaria.

Aunque no es exclusiva de las mujeres, la incontinencia urinaria es un hecho fisiopatológico que nos acompaña o acompañará a muchas de nosotras. Según las estadísticas, el 50% de las mujeres presentan incontinencia urinaria ocasional, un 10% padece de incontinencia urinaria frecuente y un 20% de las mujeres entre 70-75 años presenta incontinencia urinaria diaria.

¿POR QUÉ ESA DIFICULTAD PARA AGUANTAR LA ORINA?

La incontinencia urinaria se conoce como la pérdida involuntaria de orina.

  • Se diferencian dos tipos de incontinencia urinaria:

1. De esfuerzo: relacionada con la tos, los estornudos, etc.

2. De urgencia: relacionada con la dificultad para aguantar la micción (orina) cuando existen deseos de orinar.

El mecanismo fisiológico de la continencia urinaria es complejo e intervienen diferentes estructuras, entre ellas, requiere especial mención, la musculatura del suelo pélvico. Su función principal es actuar de contenedor de las estructuras de la cavidad abdominal, además de participar activamente en la continencia urinaria. Con la edad, estas estructuras van a presentar una serie de cambios que facilitan la probabilidad de presentar este trastorno.

  • Las causas que pueden provocar incontinencia urinaria en las mujeres son variadas, pero las más asociadas son:

1. El embarazo.

2. El parto.

3. La obesidad.

4. La tos crónica.

5. El estreñimiento, etc.

¿EXISTE TRATAMIENTO PARA LA INCONTINENCIA URINARIA?

Sí. La incontinencia urinaria es un problema que se puede tratar y prevenir.

La actitud terapéutica dependerá del tipo de incontinencia y sobre todo de si existe o no una enfermedad de base. Para la incontinencia de esfuerzo, relacionada en la mayoría de los casos con la pérdida de tensión muscular del suelo pélvico, el tratamiento conservador se recomienda como la primera línea de tratamiento.

Existen equipos multidisciplinares que plantean diferentes medidas terapéuticas que se complementan entre sí para abordar el problema de la incontinencia urinaria. Éstos van desde modificaciones del estilo de vida y las terapias encaminadas a este cambio, hasta la cirugía.

  • Dentro de las terapias encaminadas a modificar el estilo de vida destacan:

1. El entrenamiento vesical: cuyo objetivo es que la paciente pueda retrasar progresivamente el vaciado de la vejiga desde que percibe la sensación de deseo de orinar hasta que pueda hacerlo en un lugar adecuado, para lo que se recomienda la creación de un diario miccional.

2. La reeducación de la musculatura del suelo pélvico: cuyo objetivo es conseguir una contracción adecuada de la musculatura del suelo pélvico, mejorar los mecanismos de oclusión uretral al comprimir la uretra contra la sínfisis púbica -es decir, contra la articulación cartilaginosa media que une las ramas superiores, derecha e izquierda de los huesos púbicos-, reduciendo así la pérdida de orina secundaria.

Con estos ejercicios de reeduación de la musculatura pélvica, se consigue aumentar la contracción, el tiempo de contracción y disminuir el descanso entre contracciones consiguiendo en unos 6 meses el 50% de tonificación de la musculatura.

EJERCICIOS DE REEDUCACIÓN DE LA MUSCULATURA PÉLVICA:

Los ejercicios de Kegel, la tonificación de la musculatura mediante bio-feedback, los conos vaginales (dispositivos en forma de conos lastrados de diferentes pesos que se introducen en la vagina, aumentando el peso de éstos de forma progresiva), y la electroestimulación.

En los casos más avanzados, también se pueden utilizar los pesarios, tratamiento farmacológico y la cirugía como última medida.

  • Los ejercicios de Kegel:

Propuestos en los años 50 por el ginecólogo Arnold H. Kegel, para reforzar la musculatura del periné.

Consisten en la contracción-relajación voluntaria y controlada de la musculatura del periné, de forma repetida, varias veces al día.

Aunque puede parecer inicialmente muy simple, no todas las mujeres identifican con facilidad su musculatura perineal y el ejercicio no se realiza de forma adecuada. Por ello, se suelen dar una serie de recomendaciones iniciales para localizar nuestra musculatura y controlar su contracción.

¿Cómo sé que estoy contrayendo correctamente?

1. Al iniciar la micción, mantén las piernas bien abiertas y relajadas e intenta cortar el chorro de orina. Si lo consigues, es que estás ejercitando correctamente los músculos del periné.

2. También puedes saber si estás haciendo bien el ejercicio si al introducir el dedo en la vagina compruebas que con la contracción haces presión sobre él.

Una vez que sabemos que estamos ejercitando correctamente la musculatura se recomienda hacer ejercicios de forma diaria, cuantos más mejor. Se estima que la media para conseguir una correcta tonificación muscular oscila entre las 200-300 contracciones, empezando por unas 10-20 contracciones al día.

Se describen diferentes tipos de contracciones: lentas, rápidas, en ocho y en onda.

Estos ejercicios se recomiendan a todo tipo de mujeres, sintomáticas o no. Especialmente a aquellas que presentan factores de riesgo para padecer incontinencia urinaria: las mujeres embarazadas, las que están en la menopausia (por el hipoestrogenismo), las mujeres que padecen de tos crónica, estreñimiento crónico y obesidad.

  • Ejercicios recomendados para la rehabilitación del suelo pélvico: (1)

1. Al iniciar cada micción se realizará la contracción durante unos segundos para, posteriormente, relajar y vaciar completamente la vejiga. Se deben realizar 20 contracciones rápidas, con un descanso de 3 segundos entre cada una de ellas. Una sola contracción en cada micción,  hasta que se consiga cortar el chorro de forma completa, entonces sólo se realizará una vez al día.

2. Se realizarán inicialmente 20 contracciones lentas, manteniendo dicha contracción unos 5 segundos y descansando unos 10 segundos entre ellas. Se recomienda realizar el ejercicio 3 veces al día (mañana, tarde y noche) y alternando las posturas (tumbada, sentada y de pie).

Conforme se vaya cogiendo hábito se irá aumentando de forma progresiva el tiempo de contracción hasta 15 segundos, y de relajación el triple de tiempo que de contracción.

Los resultados pueden tardar entre 4 y 12 semanas en apreciarse. Se recomienda mantener esta actividad de por vida.

  • Las bolas chinas, ¿son útiles?

Las bolas chinas, conocidas inicialmente como juguete sexual, también se utilizan para conseguir un aumento del tono de la musculatura pélvica. Son dos bolas -las hay de diferentes pesos-, unidas a un hilo, que introducidas en la vagina, consiguen de forma involuntaria una contracción de la musculatura pélvica, y con ello un aumento del tono muscular. Se recomienda inicialmente no mantenerlas más de 10 minutos e ir aumentando progresivamente el tiempo de permanencia sin superar las 3 horas.

Una vez que controlemos la técnica, estos ejercicios se pueden realizar en cualquier lugar, sin que nadie sepa que los estás haciendo: en el trabajo, sentada en el sofá viendo la tele, en el autobús… sólo tenemos que recordarlo y hacer un hábito de ello.

Referencias
(1) Milla, F. (2009). Incontinencia urinaria en la menopausia. Guía clínica de la AEEM, 88.

 

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