Sex FM

Sexo rock, sexo pop, sexo reggae, sexo punk… Todas hemos practicado diferentes estilos. ¿Qué tipos has tenido tú?

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Ilustración: Nicole

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Hola a todxs y bienvenidxs a Sex FM.

 

Muchas veces no nos damos cuenta de lo que nos afecta la música a la hora de tener relaciones sexuales. En ocasiones tenemos puesta música lenta de fondo y tendemos a recrearnos, mientras que otras estamos acompañadas por música más marchosa y nos descubrimos moviéndonos «a tope» con el ritmo. Pero no sólo está la música que nos rodea sino la que hacemos nosotras con nuestros cuerpos, en la que nos convertimos.

• Hay días en los que tenemos un sexo rockero, ese que  surge espontáneo, que te remueve por completo, que te alegra el día y te da vidilla. Mientras que otros tiramos más del sexo blues y disfrutamos de movimientos más lentos y melancólicos.

• Está el sexo reggae, ideal para el veranito y la hora de la siesta. Unas relaciones sexuales calmadas, tranquilas e incluso “perezosillas” pero profundas y gustosas. Dejemos que su ritmo guíe nuestro cuerpo en sinuosos movimientos, disfrutemos de la suave brisa que nos acaricia y, como decía Bob Marley, “let’s get together and feel all right”.

• ¿Y qué me decís del sexo hip-hop? Con ritmo, con movimiento y diciendo las cosas a la cara. Diciendo lo que te gusta, lo que te pone, lo que te excita, lo que quieres que te haga, lo que quieres hacerle y ganando la batalla dialéctica a la vez que disfrutas de una relación instantánea y sin tapujos.

• Muchos hemos disfrutado del sexo heavy en el que te desmelenas, te olvidas del mundo, vacías los pulmones, te dejas llevar como si no hubiera un mañana. Y al terminar disfrutas de un cariñoso abrazo… Porque nadie nos engaña, el heavy no son “sólo gritos”, tiene mucho sentimiento detrás.

• Podrá no gustarte el reggaeton o encantarte, podrás echar pestes o adorarlo, pero el sexo reggaeton lo has practicado y lo sabes. Moviendo la cadera de forma incesante, subiendo y bajando, moviendo un poco más la cadera… subiendo… bajando… Ya sabes de qué te hablo.

• Todos tenemos algún conocido (la Ley de Murphy seguramente diría que normalmente es un vecino) fanático del sexo ópera que, al escucharles te cuesta distinguir qué están haciendo. En mitad de una conversación en tu casa: “Calla, un momento… ¿los de al lado están discutiendo?”. Se hace el silencio. Escuchas mejor. ¿Un tenor y una soprano? “Qué va… ¡están practicando sexo!”.

• Y, hablando de vecinos, muchos practican lo que debe ser el sexo flamenco porque no sabes si están manteniendo relaciones o marcándose un “zapateao”.

• También existe el sexo pop, más adolescente, inmediato y muchas veces no premeditado: en la playa, en el coche, en la cocina… Cualquier sitio es bueno, pero ya sabéis “cuando haces pop ya no hay stop”.

• ¿Y el sexo punk? Ese que no se puede parar, que surge al momento y que te da igual todo. En el baño de un garito, de pie, contra la puerta y a disfrutar. Aquí, ahora, tú y yo, sin pensar en nada más.

• Muchas veces tenemos relaciones sexuales marcadas claramente por el uso de las manos. Esa persona que sabe lo que te gusta y que de momento te está tocando ahí y luego allí y a la vez hace algo que te deja loca. Y te encuentras bajo el control de un DJ que ha convertido la experiencia en un auténtico hito del sexo electrónico que te hace desear sentir la siguiente remezcla.

Y es que no sé para vosotras pero para mí, desde luego la vida con música es mucho mejor. Así que, dejémonos llevar, sintonicemos nuestra propia emisora y disfrutemos de cada uno de los géneros. Oh, yeah!