Kamikaze

La poesía de una lectora nos habla de prepotencia machirula y de mujeres con rabia.


 

Kamikaze

Me estallan las fibras de la violencia
cuando anochece tu verborrea,

[cuando me anestesias

con cada tiroteo pusilánime,

[cada compresión

sobre mis nervios ocluidos.

Me despedazas los testículos

[con que debí nacer

para ganarme tu respeto.

Te me entumeces
cuando agrieto tu carisma mediática,
cuando desplumo tu cortesía televisiva,

[tu carnicería lingüística;

tus discursos tan desiertos

[como prietos:

un cinturón de castidad
constituido por un corrillo de fanfarronería.

Te me refunfuñas
tachándome de histérica,

[de histriónica

y de abrasiva.

Pero no conseguirás que me inmole
lesionándome con la culpa

[y cientos perdones,

de esos que se devuelven para evitar el conflicto,
y a los que se acalla con miradas

[que fusilan

mi rebeldía en celo.


 

Son, somos, soy

Somos las que están rotas por dentro,
las que llevan la rabia tejida a sus sonrisas,
las que temen su propio comportamiento
y cuyos actos autocuestionan

[de forma insaciable.

Somos las eternas incomprendidas,
las que se sienten usadas por la pornografía,
las que se ven impotentes

[cuando van ligeras de ropa,

y cuyo cuerpo sólo es visible

[si es en forma de tributo.

Somos las que sólo existen cuando las abofetean,
las que tienen el miocardio amoratado
de tanto ahogarse en ansiedad,
de tanto rastrear el fondo

[al que creen pertenecer

por haber nacido con los pies en el lado del fracaso.

Somos las que huyen de ser como sus madres,
o las que temen enamorarse de alguien como ellas;
las que sienten miedo por la entrega,
el sacrificio
y la evasión de su autoestima.

Las que se sienten perdidas
en un camino que zozobra a cada paso,
las que llaman locas porque locas se han quedado
para sobrellevar un dolor que las difumina,
las roe
y las quema

[en lugares

en los que preferirían sentir placer.

Somos las que no friegan a nadie,
las que no cocinan a nadie,
las que no regalan a nadie su tiempo,
ni ceden su espacio
por un puñado de pajas afectivas.

Somos las que se sienten confusas en su día a día,
y no quieren ser tiranas como sus padres
ni sumisas como sus progenitoras,
y no tienen idea de qué desean,

[pero sin embargo saben

cómo no están dispuestas a tratar a otra mujer.

 

Bluttie Kat (Madrid)

Ilustración: Shinda Kohi

Fotografía: Israel Gómez Mena

 

1 Comentario

  1. precioso poema, gracias, me sentí identificada 😉

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