Locura como forma de vida

No renuncies a tu identidad personal por ser parte de un grupo. En tu individualidad está tu riqueza, está tu esencia, ahí estás TÚ :).


Ilustración: Estrella


La verdadera locura del ser humano reside en nuestro más profundo ser. Queremos, como especie, sentirnos distintos del resto de las especies. Tenemos la avaricia de quererlo todo, cuando no nos damos cuenta de que ya nos pertenece. Estamos cegados por el poder de la palabra y de la imagen, y no nos permitimos tomar nuestras propias decisiones, al revés, hay sitios donde no se nos permite ser individuos, y las técnicas son distintas.

Por un lado tienes la mano dura. El prohibir. En Afganistán las mujeres están sometidas de una manera brutal. Madre mía, ojalá supieran que hay un ejército de Fridas y Kahlos que las apoyamos. Y aquí entramos en una cuestión de lo más peliaguda. La locura de la guerra. ¿Se debe uno plantear usar la fuerza para defender a esas mujeres? Quiero decir, qué pasaría si un ejército de personas, no un ejército militar, un ejército de personas se plantara allí e intentaran abrir una Universidad para mujeres… ¿Qué pasaría? Lo más fácil es que los maten a tod@s antes de abrir siquiera. O al menos es la idea que tenemos desde aquí. Y entonces, la guerra, ¿no habrá que hacerla desde la educación? Pero, claro, a ver quién puede dar con ellas…

Vuelvo siempre al ejemplo de la Universidad de los Descalzos, desde donde han conseguido hacer llegar la luz solar a muchas aldeas en el mismo Afganistán.

Luego está la otra, la de «por lo bajini». Gran frase que indica cómo, de manera sibilina, nos comen la cabeza sin darnos cuenta hasta llegar a extremos como el que nos cuentan Lola y Mines aquí. En mi vida, nunca, me había planteado si la forma de mis muslos es la acertada para la sociedad. Ver que hay muchachas pasándolo fatal porque no tienen un hueco entre las piernas… Cuando yo era adolescente, se decía que tener las piernas separadas era señal incluso de ser «una guarra», o «de montar a caballo», es decir, que estabas «abierta». ¿¿Y ahora resulta que es al revés?? De verdad, el mundo está loco…

Tal vez no estamos haciendo la guerra como debemos. Si hay algo que ha conseguido, por ejemplo, Coca-Cola es que asociemos una imagen a un sentimiento a un producto. Eso es programación inconsciente. Si se puede programar desde ese punto, está claro que se puede hacer una “programación positiva”. Aquí tienes el ejemplo de un profe en México que ha conseguido en un año que sus alumnos pasen de ser mediocres a ser de los mejores del país. ¿Cómo? Enseñando motivación.

La locura de lo que están haciendo con nosotros, cómo nos están haciendo perder la perspectiva de nuestra individualidad, cómo nos arrastran a compararnos unas personas con otras, para generar envidias y tontunas… Y nosotros, Fridas y Kahlos, ahí, dejándonos.

En mi vida he tenido muchos momentos de locura. Buena y mala, que hay de todo. Me han tratado un poco de loca siempre, porque un poco raruna sí que soy. Cuando era pequeña tenía tres amigos imaginarios, Apolo, Gatito y Starbar. Y me gusta recordarme hablando con hadas y duendes en el bosque. Esto siempre ha llamado mucho la atención, a todas las personas que me han conocido, despertando en los demás la necesidad de convertirme en parte de un grupo. Yo me he llegado a sentir como el zorro de el Principito. Yo no quiero que nadie me domestique…

 

Me parece muy curiosa la reacción de la gente cuando les cuento estas cosas. He tenido la suerte de tener una infancia con una halo de surrealismo mágico que ha hecho de mí la Minimol que soy. Estoy contenta de vivir en la calle de la piruleta, aquí las malas noticias solo llegan cuando yo quiero. Porque recibirlas sin estar preparada me hace infeliz. Me he dado cuenta con el tiempo de que me afectan mucho, pero mucho más de lo que me gustaría, los males del mundo.

Es verdad que, nos guste o no, el ser humano es un animal social que necesita de sus semejantes para sentirse completo. Y aunque lo esencial es invisible para los ojos, aunque sepamos que lo que de verdad importa lo vemos con el corazón, muchas veces no somos conscientes de lo importante. Y menos aún cuando más nos influye, en la adolescencia.

Últimamente varias personas de mi entorno se están enfrentando a esa parte de la vida tan tormentosa y decisiva, de la que todas las personas, independientemente de su raza, género o condición quieren salir corriendo, lejos, muy lejos…. Y es que, años después de haber superado la locura hormonal, seguimos pagando las consecuencias de nuestra ignorancia. Son unos años convulsos que nos predisponen a ser la persona que llegaremos a ser. Pero no creo que juzgar a las personas por esa etapa de su vida sea muy realista. La gente, gracias al Universo, cambia, evoluciona.

A lo largo de los años, he conocido gente de lo más rara. Desde aquellos que nunca han soñado hasta gente que veía a sus muertos. He conocido a gente esquizofrénica, paranoica… He visto cómo la gente se queda loca de consumir drogas. Pero lo cierto es que al final todas esas personas han cambiado, y mucho, a medida que las hormonas se asientan y dejan de convertirnos en polvorines químicos.

Y al final, mi concepto de la locura está basado en que creo que los locos nos cambiamos de gafas para ver la realidad. Opino que los locos, cada uno en su grado y a su manera, tienen su manera de interpretar el mundo, de descubrirlo, de compartirlo y vivirlo. Cada persona tenemos nuestra manera de enfocar nuestros pensamientos, normalmente no nos paramos a investigar demasiado en el punto de vista de los demás, y caemos en el error de creer que todo el mundo piensa como nosotros, que la norma, lo que describe la palabra “normal”, es lo que nos define por defecto.

Ese es el motivo por el que nos llevamos muchos chascos con las personas que nos encontramos por el camino, porque damos por sentado que van a tener las mismas percepciones de la realidad que nosotr@s. Y estamos muy pero que muy equivocad@s, Fridas y Kahlos.

Sabemos que las personas, bajo el efecto de ciertas sustancias y aquellas que tienen tipificada algún tipo de enfermedad mental, llegan a tener el mismo tipo de alucinaciones, sentimientos, etc.  Sabemos que la química del cerebro forma una parte fundamental en el comportamiento humano. De ahí todo eso de que con el pensamiento podemos cambiar nuestro cuerpo. Y es cierto.

 

Tod@s, Fridas y Kahlos tenemos un momento como éste… ¡No te desanimes!

Los pensamientos configuran nuestros sentimientos. Van de la mano. Un ejercicio estupendo cuando tenemos un ataque de ansiedad o de ira es recurrir a un pensamiento agradable, junto con la respiración profunda a intervalos regulares, manita de santo.

Tenemos una capacidad especialmente irritante como especie: clasificar. Tenemos que clasificarlo todo, y cuando una persona se sale de “la norma”, siendo original, ocurre lo de siempre: se te echan todos encima. Por distinta, por rara, por no ser como todas las demás…

Si no fumo, no molo. Si no pruebo eso, soy una cobarde. ¡¡No, no, no!!

 

Ojo a la hora de elegir los grupos, que luego pasa lo que pasa… Una pista, si el montaje del cartel te hace echarte unas risas (ese predicador con su gorra y su loro), y la mezcla de Navidad con perreo no la ves (¿cómo es eso de que los católicos nazis perrean?), igual ese no es tu sitio… Pero, analicemos un poco este cartel, que pretende llamar a «adultos jóvenes». Hay una cosa que nos caracteriza a todos los adolescentes del mundo, y es que queremos ser mayores. Es un reclamo de lo más habitual, esto de hacernos sentir mayores. Tomando tus decisiones, te sientes mayor. Si tu madre te dice: «No te vayas con fulanita que no me gusta». Pues ahí estás tú, adolescente maduro para hacer lo que quieras, que para eso eres mayor. ERROR.

No, no eres mayor, eres un adolescente. Y tu madre, aunque te fastidie, lo más probable es que tenga razón. Pero ese es un secreto entre nosotros, Fridas y Kahlos. Que no se enteren las madres ;).

 

La presión de grupo, el hecho de que todos tus colegas te digan que hagas algo, es más viejo que Pitágoras. El grupo siempre va a por la persona que se deja convencer, y aunque la mayoría de las veces no se hace con ánimo de que nadie resulte herido, siempre hay alguien que sale herido. Y no tiene por qué ser una herida física, las heridas psicológicas, invisibles al ojo, son muchísimo peores para curar que aquellas que podemos remendar.

Un claro ejemplo de las cosas que nos hacen daño sin darnos cuenta son las modas absurdas. Una de ellas acaba de caer en la redacción, Lola y Mines la tratan en su artículo sobre el thigh gap. Ya se que me repito… pero es que… mira que nos gusta complicarnos la vida…

No estás sola, Frida. No estás solo, Kahlo. No os sintáis mal por ser distintos o por no encajar en sus reglas o sus expectativas. Si estamos locos por querer ser libres en nuestra forma de vestir, de ser, de manifestarnos o de lo que sea, pues que les den morcilla. Que no nos quiten nuestra identidad individual, que no nos conviertan en borregos. Seamos todos ovejas negras, indomables de mente, gente con criterio y con ganas de expresarse como somos.

 

Hay muchas personas tildadas de locas durante toda su vida, hasta que de pronto: ¡Chan! Se hacen genios, maestros o lo que sea. Picasso, Miró, Poe…

Eso no significa que ahora todos tengamos que convertirnos en grandes artistas, que no. Que el hecho de ser TÚ, eso es lo importante. Ahí está lo fundamental, la clave. Hay etapas en la vida en las que no estamos definidos, y lo que debemos buscar son los patrones que nos sirvan como guía para encontrar nuestro camino, como la vara que se le pone a la tomatera para que suba y tome el sol.

Nadie dice que encontrar el camino sea fácil, y aunque de la cordura a la locura hay un solo paso, es un abismo de diferencia. La locura con su adrenalina, con sus momentos inolvidables, con su sello personal y de identidad, se hace querer. Pero, precisamente porque es un cóctel total de química cerebral, no olvidemos nunca nuestro ser, Fridas y Kahlos, nunca hagáis nada de lo que después os arrepintáis. Quiero decir, que si decides hacer algo, hazlo con todas sus consecuencias. Sabiendo lo que haces, valorando el riesgo y aceptando de antemano las posibles consecuencias. Asi es como llega un@ a ser madur@.

 

 

Se os quiere, ¡¡¡que viva la locura!!!

Minimol

Estas palabras estan dedicadas a Sara, Zoe, Oscar, Andrea y Dani: Mis primitos, ¡que la adolescencia os sea propicia!

 

14 Comentarios

  1. Que lindo y acertado articulo! encantador encontrar sitios así!

  2. Completamente cierto, me fascinó ésta parte y cito «Hay muchas personas tildadas de locas durante toda su vida, hasta que de pronto: ¡Chan! Se hacen genios, maestros o lo que sea. Picasso, Miró, Poe…» Excelente artículo, muchas gracias por compartirlo.

  3. Es Genial Lo Que Dices, Puedo ver De Cierta Forma Lo Que Dices…. Con Mis Experiencias… 🙂 Genial Que Lo Hayas Compartido…. Viva La Locura Cierto… 🙂 Que Así Sea… Que VIVA LA LOCURA!!

  4. Gracias…. justo lo que necesitaba… en el momento perfecto… la vida nos da regalos, gracias por poner en palabras lo que a veces cuesta expresar, gracias por el tiempo dedicado aqui….

  5. Tremendo.
    Es maravilloso este artículo.Gracias por compartirlo.

  6. Y que bien se siente uno cuando se deja llevar por su locura…!!!!!!!

  7. Minimol, me he sentido identificada en tu experiencia. Y me encanta haber formado parte de ese «surrealismo mágico».

    Ahora mismo le paso el enlace a Sara y Zoe.

    Muchos yoquésés

  8. Este artículo me ha venido genial hoy!
    Estoy en una etapa en la que no sé qué hacer con mi vida y parece que cualquier decisión tengo que justificarla y tiene que ser lógica para los demás… Trato de repetirme cada día que YO soy la que lleva mi vida y que no debo dejarme influir por el qué dirán y por las expectativas que tienen puestas en mí.
    Gracias por recordarnos cada día que la riqueza de la persona está en ser auténtica y fiel a sí misma.

  9. Encontre de casualidad esta web y la encuentro genial! Mucho animo, me inspira mucho leerlas!!

  10. Anónima M.

    Soy una adolescente de 15 años y pues quiero decirte que a esta edad la vida me parece muy complicada y confusa, y yo soy de las que me dejo llevar por lo que impone la sociedad, y cuando trato de ser original o no comparto las ideas de mi grupito de compañeras: soy criticada, que por cierto ahora que estoy empezando a abrir los ojos me doy cuenta que todo este tiempo estuve equivocada, enceguecida, que he sido una mas del montón de esas que criticaban y se burlaban de los demás por ser diferentes o por ser »feos», pero ahora, ahora he cambiado y estoy dispuesta a cambiar más mucho más, sin importar lo que digan los demás… y de verdad que su página me ha ayudado mucho MUCHO para darme cuenta de cosas que antes ignoraba. Yo quisiera llegar a ser como ustedes, apenas tengo 15 y quisiera aprender mucho de la vida tanto como ustedes, por eso soy seguidora fiel de la web.

    ¡¡¡¡¡¡¡¡¡MUCHAS GRACIAS!!!!!!!!!!!!!

    • Frida!!

      Gracias a ti, porque saber que tienes ganas de cambiar y de hacerte una mujer, con todas sus consecuencias, con todo el sentido de su propia identidad, que quieras ser mejor persona te convierte en una campeona que se merece que la vida le trate con todo lujo de mimos y cuidados.

      Sigue trabajando para ser mejor persona, esa inversión en ti misma será la base de tu libertad y de tu felicidad.

      Gracias por leernos!!!!

  11. Rosario Olm

    Qué precioso artículo. Me encanta lo que publican chicas. Las admiro. Un abrazo para ustedes.

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