Mitos modernos: ¿qué tienen de real?

Aunque los mitos se relacionan con sociedades primitivas, todavía convivimos con ellos. Nuestros «brujos» van ahora recubiertos con el disfraz de la ciencia.


Ilustración: Olga


En primer lugar es necesario hablar de los mitos desde su función social. Y hay que decir que estos desde tiempos ancestrales se han aprovechado para la dominación, imponiéndose como las creencias en las que basamos nuestras vidas y legitimando a partir de ellos nuestra posición social. Por tanto solo podremos alcanzar la libertad cuando pongamos en cuestión los mitos que existen en nuestra sociedad, y es que hay que ser concientes que aunque los mitos se relacionan a sociedades primitivas o ágrafas, son múltiples los existentes hoy en día entre nosotros. Simplemente que nuestros “brujos” van recubiertos con el disfraz de la ciencia.

Ahora bien, ¿qué relación existe entre ellos y la realidad? Como individuos de un grupo social con una tradición lingüística, somos a la vez beneficiarios y víctimas de esta tradición, ya que, a la vez que podemos acceder a las experiencias ya vividas, se impone la creencia de que el único conocimiento que hay es aquel que ya ha sido reducido por el lenguaje. De este modo, por ejemplo el mito de la tradición católica vincula la realidad a “este mundo”, siendo solo los errantes los que han podido conocer los “otros mundos”. Y del mismo modo el mito moderno que sacraliza al mercado relaciona “este mundo” al espacio donde el mercado es la lógica dominante.

Es por esta relación tan directa que hemos de estar alerta y reflexionar sobre los mitos con los que convivimos, ya que reducen nuestra posibilidad de investigar la amplia realidad que se aleja de aquella que ha sido filtrada para establecer nuestro orden de cohesión social.

Para empezar a deconstruir el mito del Mercado, igual que la ciencia deconstruyó a Dios, hay que empezar por reconocer entre otros el mito del crecimiento, el de la productividad, el de la transición, el de la democracia, el amor romántico, la meritocracia (el que todos partiendo de la misma posición alcancemos la que nuestro mérito merezca), la tecnocracia…y muchos más que rigen nuestra realidad, a veces, sin ser cuestionados. Aunque bien es cierto que siempre hay y habrá un sector activo de la sociedad, con una realidad más amplia, que se dedica a ello para luchar por una libertad verdadera y no ficticia.

Desde este rincón quedáis animadas a identificarlos en nuestra vida cotidiana, y a modo de ejemplo identificaremos algunos en números posteriores.

¡Miradas violetas atentas, la realidad es mucho más amplia!

María B.

 

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